Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

domingo, 2 de abril de 2017

El mensaje de Malaquías

¿En serio pasó? ¡Memnoch, lejos de Viktor!

Lestat de Lioncourt


—Malaquías, ¿eres tú?—pregunté sorprendido.

Estábamos en mitad de Nueva York. Ambos sujetábamos uno de esos vasos térmicos baratos llenos de café. Nuestros ojos se enfrentaron como si fuéramos dos mundos opuestos que se atraen demasiado. Mis labios se abrieron en señal de sorpresa, pero no hubo gesto alguno por su parte. Una ligera brisa corrió entre ambos como un pequeño desnudo corre sobre la arena dorada de alguna playa caribeña.

—Memnoch...—pronunció con cierta dulzura mi nombre, algo que me trajo recuerdos—. Justo estaba buscándote.

—Ah, no—dije retrocediendo unos pasos—. ¿Tengo que interceder entre tú y Dios por un alma en pena en este lugar?—indiqué—. Bien sabes que la Tierra es el purgatorio de las almas, donde estas se reciclan y purifican, mientras que Satanás o Dios aguardan mi sentencia final.

—También es el lugar donde nacen—me interrumpió—. Pronto nacerá un alma extraordinaria. Deberías buscarla.

—Un alma extraordinaria, ¿qué tiene de extraordinaria?—pregunté antes de dar un trago a mi café sin azúcar. Nunca he dejado de pensar que el café con azúcar es desagradable. El café debe ser intenso y amargo, ¿para qué deseas algo dulce? Para eso adquiere un chocolate.

—Oh, eso lo tendrás que ver por ti mismo—dijo con una risa fresca—. Te llevarás una sorpresa.

—¿Acaso es otro futuro asesino a sueldo como Toby O'Dare?—contesté alzando una de mis perfectas cejas.

Ante los demás éramos dos hombres bien trajeados, él de mediana edad y yo ligeramente joven para ser un empresario de relevancia. Sujetábamos elegantes maletines de piel, los cuales parecían contener importantes documentos, y llevábamos ese café que parecía calentarnos en una mañana de primavera demasiado agradable. Pero la verdad es que él era un ángel guardián y yo el arcángel que aún protegía este nuevo reino.

—Depende de como lo veas—me guiñó un ojo y rió bajo—. Sólo diré que su padre ya te atrapó el corazón al sentirte comprendido. Digamos que será el hijo de un buen amigo quien nazca—comentó moviéndose hacia mi posición, rebasándome y dejándome allí de pie como una estatua de sal.


De ese modo supe que Lestat tendría un hijo. Malaquías, el ángel que finalmente condujo a Toby O'Dare a su propia absolución, me estaba exigiendo que siguiera los pasos de Viktor Lioncourt.  

No hay comentarios:

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt