No somos códigos de barras
Hace años que no me veía involucrado
tanto en redes sociales. Huí como huyen muchos después de darme de
bruces con la ceguera de aquellos que se dicen libres, pero tienen
demasiados muros llenos de estereotipos basados en una cultura
patriarcal, cisgénero y básicamente heterosexual. El machismo es
una plaga que a veces parece incubarse en nuestro sistema y luego se
expande cual virus hasta deteriorarnos, frustrarnos, violentarnos y
humillarnos sin siquiera saberlo. Igual que los cánones de belleza,
pues en parte están basados en lo anterior.
No obstante, regresé. El asesino
siempre regresa al lugar del crimen, ¿cierto? Me he visto de frente
con aquellos que no progresan, que no se culturizan, que no avanzan y
que se centran en los mensajes que la sociedad les ofrece
constantemente. Mensajes que los fragmentan y convierten en
prototipos perfectos de una película de Almodovar. Incluso diría
que se transforman en los distintos personajes de “La casa de
Bernalda Alba” donde las mujeres están distorsionadas y muestran
de forma burlesca los cánones sociales de la época.
Estamos en un mundo demasiado diverso
como para catalogar con las premisas de antaño, pero también es
estúpido catalogar a otros y etiquetarlos con ciertos “códigos de
barras”. Ante todo somos personas, seres vivientes y dolientes, que
se impulsan a través de este mundo intentando hallar su “lugar”,
su “camino” o simplemente “hogar”. Llamamos hogar a casa
cuando nos hallamos en ella con pantuflas, pijama y una taza de café
o té. Si bien, hogar también es nuestro cuerpo y nuestras almas son
las residentes en este. Nuestro cuerpo es nuestro hogar, templo o
simplemente el lugar donde expresarnos con voz, gestos y necesidades.
Muchas veces me han preguntado en qué
lugar de “mi transición” estoy o “el cambio” que he hecho.
No he cambiado nada, no he transitado. Yo nací siendo hombre aunque
mis genitales difieran de los cánones culturales y sociales. La
biología no es una ciencia exacta y por ende no puede determinar
algo a simple vista. Soy un hombre transexual.
Aquí viene el error que muchos
cometemos. Unos transexuales lo hacen al principio de su aceptación,
otros continúan así por falta de información y por supuesto están
los cisgéneros. El error de creer que la imposición de género
socialmente aceptable debe ser usada para enarbolar la bandera y
decir lo que somos.
Muchas mujeres transexuales se sienten
menos mujeres porque no menstrúan, no tienen pecho desarrollado, no
tienen caderas o el cabello se les cae. Comprendo lo importante que
es para una mujer, así como para un hombre, su aspecto físico
porque nos gusta tener un pelo saludable o un aspecto sano. Muchos
nos obsesionamos con tener una alimentación sana, o todo lo sana que
podemos por nuestros bolsillos, y un estilo de vida deportista para
no caer en el sendentarismo o ataques de estrés. Si bien, ¿es
saludable para una mujer transexual obsesionarse con su físico? Es
cierto que muchas desean eliminar el vello, pero porque tengan algo
de sombra de barba no significa que sean menos mujeres. Hay mujeres
cisgéneros que tienen problemas hormonales y poseen vello facial.
Del mismo modo que es ilógico que muchas mujeres transexuales se
sientan menos porque no tienen una talla de sujetador apropiada, pues
hay muchísimas mujeres cis que carecen de pechos o han tenido que
ser intervenidas por cáncer de mama. Una mujer es más que lo
físico, más que sus genitales, más que un sentimiento de
pertenencia a un género gracias a los estereotipos... Una mujer es
auténticamente mujer porque así lo sabe pese a lo que diga el
espejo. Si bien, no juzgo a quienes se vean deseosas de tener ese físico porque realmente ellas lo deseen por sí mismas y no porque la sociedad lo dictamine, lo desee su pareja o crean que así serán más aceptadas.
Del mismo modo que muchos hombres
transexuales cometen el error de querer una musculatura amplia, una
barba frondosa o unos rasgos mucho más masculinos. Incluso hay
quienes se frustran por tener mucha cadera o glúteos muy grandes.
¿Acaso no existen hombres cisgéneros con cintura y caderas anchas?
Los hay. Del mismo modo que cisgéneros más bajitos o altos, con más
o menos vello, con una voz más gruesa o más dulce. Es igual que las
chicas. Vamos de la misma mano.
Actualmente llevo vello facial pero es
porque los granos son insoportables; pero de vez en cuando me rasuro
y me siento tan hombre en esos momentos que cuando luzco vello
facial. Llevo colores que se supone que son femeninos como el
violeta, el rosa o tonalidades más “dulces” o “pastel”. Creo
que el maquillaje, aunque yo no le doy uso, no tiene porqué ser
únicamente femenino. Al igual que las faldas, los tacones o
cualquier prenda, accesorio o complemento para el cabello. También
debo decir que me encantaría volver a tener el pelo largo, pero el
calor es insoportable y el cuidado es demasiado. Así que hay que desprenderse de esos miedos y deseos de "macho". Pero al igual que he dicho con las mujeres, ¿qué hay de malo tener barba o vestir de una forma más binaria? Nada. Siempre y cuando lo hagas porque así lo desees tú y no un tercero.
Estoy muy cansado de ver como muchos
usan sus genitales como odio hacia su propia persona, los repudian
hasta la saciedad y promulgan que eso es “lo normal”. Cada
transexual tiene una forma de adaptarse a sus genitales. Muchos que
odian estos se basan en una idea que les han inculcado de “si eres
transexual debes odiarlos, rechazarlos de inmediato e incluso
castrarte.”
La vida no todo es blanco o negro.
Somos muy diversos. Deberíamos apoyar la diversidad y dejar de
ponerles etiquetas. Simplemente deberíamos sentir la felicidad
porque seamos libres de todos los prejuicios. Es difícil, pero
tenemos que instruirnos. No obstante, sé que es difícil. Hoy mismo
he tenido un par de agresiones verbales porque “no estoy de acuerdo
contigo” y entonces venía el sarcasmo, la sorna fácil y los
insultos pueriles para denigrar a otros. Personas que detestan su
genitalidad pero juzgan a otras por hacer lo mismo. Gente que no para
de decir que las características físicas nos hacen ser hombres o
mujeres. Burlas hacia los que piensan distinto o se ven afectados más
por la problemática de verse en el espejo y amarse.
Sé que no tengo la verdad universal,
que puedo estar equivocado, y estoy abierto al diálogo. No obstante,
no voy a aceptar imposiciones culturales de género o de estructuras
que se dan por genética familiar. Mi padre tenía cadera y no por
ello nadie le dijo que no era un hombre. Mi madre, debido a un
proceso médico, empezó a tener algo de vello facial que elimina
como puede y no por ello dicen que es menos mujer. Tengo amigos con
rostros andróginos completamente cisgéneros y heterosexuales y no
por ello dicen que son mujeres siendo hombres o hombres siendo
mujeres. Dejen los estereotipos, dejen los odios, dejen las burlas y
sobre todo aléjense de etiquetas impuestas por otros.
Nosotros nacemos así, no nos creamos o
convertimos. Nosotros somos además personas que sienten y pueden
vivir su sexualidad dependiendo de sus sentimientos, deseos o
necesidades. Nosotros somos personas. Individuos que viven en un
mundo muy diverso y no por ello hay que especificar cada partícula
de nuestro cuerpo.
No podemos vivir con miedo. No podemos
vivir avergonzados. No podemos vivir llenos de prejuicios. No podemos
juzgar a otros. No podemos y no debemos.
No somos quienes. No tenemos derecho a
juzgar y señalar. Cada uno hace con su cuerpo lo que quiere y cree
conveniente. Cada quien hace su vida dependiendo de lo feliz que
desee ser. Hay que luchar en conjunto y no disgregarnos.
Si esto no se entiende no me voy a
ofender, pero no ofendan a otros porque los primeros ofendidos son
ustedes mismos. No desean que se les juzgue, amenace, burle o denigre y por ende cuando lo hacen con los demás se cargan de hipocresía. Intentan colocar muros demasiado altos.
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