Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

martes, 19 de septiembre de 2017

Merrick

Ay, David...

Lestat de Lioncourt 


Recuerdos amontonados en una caja olvidada, eso es todo. Una caja de zapatos donde oculto cada una de sus fotografías. Intento no tenerlas en mis manos porque siento que me queman o que puedo destruirlas si las miro durante demasiado tiempo. Son memorias del ayer, pero también son recuerdos del hoy. Todo lo que viví me ha hecho ser quien soy, todo lo que ella fue me dejó una huella imborrable en mi alma. Me gustaría verla de nuevo, enfrentar sus ojos verdes y decirle que la amo una vez más aunque no me crea, aunque me odie, aunque no lo merezca y aunque prefiera agachar la cabeza para aceptar mis culpas.

Hace mucho que comprendí que ella era para mí iba a ser un tortuoso calvario, un descenso a los infiernos y un ascenso al pecado. Pero que lo comprendiera no implicaba que dejase de beber de su cáliz, que olvidase sus besos, que reprimiese en mis sueños el abrazarla y no pudiese dejar de sentir que era un traidor al haberla dejado atrás. Ni siquiera sé cuántos amaneceres vieron mis ojos con sus recuerdos en mi retina, con su sabor en mi café y con el deseo de pudrirme entre sus piernas una vez más.

Ahora, después de años de su muerte, me siento en el alfeizar de la vieja ventana donde la observaba. Miro las estrellas, contemplo todas y cada una, y aguardo una respuesta. Sé que hay fantasmas que han regresado a la orden de Talamasca, la misma donde la acogí como algo más que una huérfana, pero sé que ella no lo haría porque es demasiado digna y porque quizá está ahí arriba, perdida sin recordar siquiera su nombre y todo el dolor que yo le regalé.

Nuestra historia está unida a esos puntos de luz, a este universo fallido de hombres déspotas y mujeres subyugadas a sus propios enigmas. Odio y amor, eso es todo, y nosotros estábamos en medio sonriendo defraudados con nosotros mismos.


Merrick... qué hermosa eras, querida mía.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt