Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

viernes, 25 de septiembre de 2009

Dark City - capitulo 10 - Creo que voy a matar a alguien. (parte V)


-Sí, el barrio dormitorio de la ciudad gana adeptos.-dije con una sonrisa.-Me llamaron loco cuando hice una autopista hasta aquella zona desangelada. Vamos, cuando propuse esa autopista.-me sentía orgulloso de mis méritos, pero intentaba ocultar mis fallos.

-Cenamos juntos, conversamos con un buen vino en un pequeño restaurante francés y después la acompañé hasta su pequeño hotel.-parecía todo una película, de esas románticas que le gustaban tanto a Phoenix.

-¿Y?-dije esperando que siguiera y contara el resto.

-Nada más, ni la besé.-esas palabras me hicieron girarme en el sofá riendo bajo, tanto es así que caí al suelo.- ¡Deja de burlarte!

-¿No era Cheshire? Pues Cheshire se ríe siempre de la pobre Alicia de este modo.-dije sonriendo pérfidamente mientras arqueaba levemente las cejas.

-Deja de burlarte y dame soluciones, es lo que quiero.-murmuró cruzándose de brazos.

-Invítala a cenar.-fue mi única respuesta.

-Quiero sacarla de mi cabeza, no quiero meterla más en ella.-se arrodilló frente a mí.-Por favor.

-Soy un grande conquistando, pero olvidando no. No soy Dios, ni un santo al que rezar.-respondí siendo bastante sincero.

-Me da miedo amarla, no soy el tipo de chico que necesita.-susurró confuso.-Quiero apartarme, quiero alejarme antes de hacer cualquier estupidez.

-Evitar lo que sientes si es una estupidez.

Se quedó en silencio pensando. Yo también lo hice. Hacía mucho tiempo que no recordaba mis conquistas. Con Phoenix no fue tan romántico como con Yutaka o Clarissa. Aunque con Uta tampoco fue algo excepcional. Mis parejas de entre temporada, podríamos llamarlas así, las cortejaba y las llevaba a la cama para luego olvidarme de ellas tras el frenesí.

-¿Qué puedo regalarle?-interrogó al cabo de unos diez minutos.

-Tu tiempo, comparte conversaciones con ella y escúchala. Aunque no entenderás nada, tal vez, porque son complicadas. Sin embargo, podrás ir descubriendo lo que piensa poco a poco. Los primeros días es como si no llevara libro de instrucciones, al cabo de los meses es como si te hubieran dado algunas pistas y ya cuando llevas varios años es un libro abierto. Los hombres somos más sencillos de comprender entre nosotros, pero entre ellas no se entienden si quiera. Son sumamente inteligentes, pero también frágiles y temen fracasar mucho más que nosotros.-cerré los ojos y suspiré.-No hay que cuidarlas, sino observarlas. Si las observas sabrás cuando debes ayudar, nada más.

-Sakurai-sama.-susurró colocándose las lentes.-Eso lo sé.

-¿Entonces para qué preguntas?-respondí con fastidio.

-Pues quiero saber qué comprar, pero algo que sea material.-resopló echándose hacia atrás en el butacón.

-Un libro, dices que es algo intelectual así que intenta averiguar que libros no ha leído y se lo regalas.

-¿Y si te digo que no conozco a sus amigas? Si no hay amigas, no hay información y sin información no hay libro.-reprochó.

-¿Y si te digo que eres idiota? ¿Te crees que las amigas no comentan nada entre ellas? Se enterarían de que andas tras ella, así que hay que hacerlo con elegancia. Un día habláis de literatura, que salga a la luz un libro que no haya leído y se lo regalas.-comenté levantándome.-Y si no te gustan mis consejos te vas, porque me has arruinado la noche.

-No te enfades, ya capto la indirecta.-musitó.-Proteger pero cuando sea necesario, no atosigar, escuchar e intentar comprender mientras se escucha. Nada más.-comentó colocándose bien las gafas.

-Sí, eso y también que debes de sacar partido al empollón que llevas dentro.-susurré con una sonrisa macabra.

-¿Por qué?-interrogó.-¿No quieren las mujeres un hombre que las seduzca y las enloquezcan?

-Eso es con el sexo, con la apariencia no se gana demasiado. Si es intelectual saca a flote lo que sabes, sedúcela con ello y atráela a tu terreno. Si juegas a ser quien no eres tarde o temprano te vas a dar de bruces, pero ahí amigo mío yo no estaré dando consejos.-dije mirándolo fijamente a los ojos, dejándole cada palabra bien reseñada.

-¿Y lo de ser un caballero?-preguntó confuso, como si todo lo que hubiera aprendido con las mujeres jamás sirviera o no hubiera tenido éxito.

-Los caballeros de verdad son reales, son discretos, escuchan atentamente y no van con flores esperando meterla en caliente.-sonó algo vulgar, pero creí que de ese modo quedaría retenido bien en su cabeza.

-En cierta forma jamás he sido un caballero, supongo que es lo que me quieres dar a comprender.-asentí cuando escuché eso de sus labios.-Debo aprender.

-Debes aprender a respetar a las mujeres, no las respetas.

No hay comentarios:

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt