Escrito desde mi cuerpo, pero no soy... adivinen.
Lestat de Lioncourt
Después de décadas de silencio
apareció como una estrella del rock convertido en Mesías. Mutó de
ser el causante de cualquier gran desastre a ser la fuente de
esperanza. Príncipe Lestat se ha convertido en un ejemplo de
superación, ruptura de creencias, reformas profundas en el alma y
necesitad absoluta de justicia y unión entre los nuestros. El amor
yace en cada palabra y es muestra de ello en las distintas relaciones
que se encuentran narradas. Es tiempo de encuentros, de sonrisas
sinceras, de abrazos fugaces pero intensos, de declaraciones fuertes
que te hagan temblar y de abandonar la guerra insensata por la
comprensión más intrínseca. Esta es la penúltima aventura ha sido
una revolución, aunque muchos no han querido verlo así y se han
mantenido fríos al respecto.
Estamos tan acostumbrados a ver muerte,
hambre y destrucción en cada cadena de televisión, odio en las
calles, desprecio al diferente y a ser sordos ante las plegarias de
otros que tal vez esta aventura ha quedado relegada a nada. Muchos
tienen el corazón tan congelado como las calles de medio planeta en
estos días de duro invierno. Un corazón que ha sido lacerado,
humillado mil veces, expuesto a ojos viles y que ahora muestra
latidos frívolos y apáticos. Sin embargo, aquí estamos para
recordar que la unión hace la fuerza y esta sólo se puede hacer
bajo la comprensión, respeto y amor.
Hace tan sólo unos días el mayor
ejemplo de persona racista, machista y clasista ha asumido el cargo
de mayor responsabilidad en Estados Unidos de América. Un ser que
destila odio, venganza hacia los que no piensan como él, asco hacia
otras culturas y misoginia. No obstante nos queda esta aventura que
nos recuerda que existen milagros, que a los dictadores y tiranos,
sean de donde y como sean, terminan aplastados y subyugados por los
verdaderos líderes que son el pueblo.
Imaginad que habéis sido convertidos
en paria. Igual que Lucifer cuando preguntó demasiado a Dios e
intentó ser igual de libre, poderoso e inteligente. Dios, bajo su
mandato soberbio, lo desterró y lo aisló. Lestat ha preguntado y
experimentado demasiado. Debido a sus numerosos conflictos consigo
mismo y el resto se vio solitario. Es un inconformista y un ser
demasiado activo. Su mente siempre está filosofando y retándose una
y otra vez. Decidió marcharse de Nueva Orleans y caminar por
desiertos, junglas, selvas, montañas nevadas y grandes ciudades
absolutamente entregadas al consumismo más pueril. Fue de un lugar a
otro durante diez largos años. Se olvidó de todo y todos. Quería
ser libre. Gabrielle tomó la misma decisión casi al año de vida
entre los nuestros. Él siempre buscó el abrigo y consuelo de otros,
pero tras las muertes y los desafíos de toda una vida provocó que
quisiera tener su rato de pena y soledad. Reconstruyó los viejos
dominios de los Lioncourt y se instaló en su castillo de vez en
cuando. Entre tanto el fuego arrasaba Brasil, Calcuta y diversos
puntos de Europa como Roma. El fuego consumía jóvenes vampiros y
locales donde se reunían. Ya no eran tan numerosos como cuando
Akasha sembró el terror, pero existían. Los lamentos se
multiplicaban y desde la radio se escuchaba un clamor popular: ¡Dónde
está Lestat! ¡Dónde están los milenarios! ¡Quién ayudará a los
jóvenes! ¡Nos están matando!
Es difícil de asumir que al paria lo
necesiten. Es terrible saber que quizá sólo él tiene la respuesta.
Un paria que nunca ha sido escuchado, pero que ha sabido escuchar y
ver más allá en cada alma. Es posible que por eso muchos desprecien
el libro y hayan quedado descontentos. Querrían que el paria
siguiera siendo paria y el mundo nunca le agradeciese años de
esfuerzo. ¿No es un poco miserable eso? Además, se habla de
adelantos científicos para colaborar con los vampiros. ¿Acaso la
ciencia nunca ha estado vinculada con los vampiros? La ciencia y la
tecnología es lo que siempre ha motivado a Armand. También a otros
vampiros. Aunque algunos como Marius desprecia lo frívolo y extraño
que puede ser estos adelantos, pese a que ha usado la televisión o
la radio para animar las noches de Akasha cuando aún era los más
parecido a una figura de mármol.
Bienvenidos todos a la penúltima
aventura de Lestat...
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