Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

martes, 22 de junio de 2010

Dark City - Capítulo 17 - Ironías del destino XLIII


Recordé sus palabras y tan sólo salí fuera al pasillo. Escuché el timbre y luego a Jun gritar a todo pulmón en los brazos de Hero. Bajé por la escalera notando como el rostro de mi amigo cambiaba cuando tenía al bebé en brazos. Su pose de ángel místico se volvía prácticamente la de un adolescente.

-¿Vamos a jugar verdad Jun?-dijo alzándolo para luego cargarlo bien en sus brazos. Jun la respondía riendo y hablando demasiado rápido para vocalizar bien.-Hola Atsushi.

-Papá deberíamos irnos ya.-comentó Hero quedándose a mi lado.

-Sí, es cierto.-dije acariciando sus largos cabellos.-Así que vienes de canguro.

-Sí, pero antes debemos hablar de algo importante.-se puso a mi altura y me tomó del brazo.-Es importante.-murmuró cerca de mi oído.

-Esperad aquí.-comenté caminando con él hacia mi despacho.

Subimos en silencio y nada más entrar él se sentó en una de las sillas. El pequeño seguía observándolo como si estuviera maravillado con lo que veía. Tiraba leve de su camisa y de su colgante, parecía feliz de ver a su tío Kamijo. Yo simplemente sabía que algo más que el proyecto le preocupaba.

-El profesor de dibujo de tu hijo y sobrino es amigo de uno de mis antiguos enemigos, ahora su clan y el mío son aliados y tienen tratos de amistad más allá de lo superficial. Yoshiki y él han terminado realizando pactos que nos han hecho crecer en toda Europa.-comentó antes de sonreír a Jun alzándolo para luego recostarlo sobre su pecho.-No estoy seguro si es hombre de confianza de Juka, pero sí que están relacionados.

-¿Crees que está vigilando mis movimientos?-interrogué preocupado.-¿A mi hijo?

-No y no. Tan sólo te lo comento por si termina siendo parte de tu familia.-aquello me hizo pensar en los comentarios de Hero sobre su profesor.-Aniss, como así se llama, está teniendo una estrecha relación con tu cuñado. Cuando hablo de estrecha va más allá de la amistad camino a la atracción.

-Santo Dios.-murmuré sentándome algo aturdido.-¿Crees que tendremos complicaciones por ello?

-No, tranquilo.-dijo sonriendo encantado con la conversación que Jun mantenía con su colgante.-¿Te gusta el colgante? Cuando seas mayor te regalaré uno igual.

-¿Y Emma?-se tensó al escuchar el nombre de aquella mujer.-¿Sigue intentándolo?

-Tengo miedo que rechace entregarme el bebé, puesto que creo que intentará usarlo como moneda de cambio.-una lágrima se escapó, pero no duró demasiado en su mejilla porque Jun palmó su rostro y comenzó a llorar.-No, Jun.-susurró sonriendo para él.-No llores pequeño.-besó su frente y se levantó de la silla.-Atsushi es algo que hablaremos más adelante, cuando llegue la hora.

Sabía que yo le apoyaría llegado el momento de actuar. No permitiría que alguien le destrozara su sueño, su único sueño. Quería ser padre y se exponía demasiado para lograrlo. Mi hijo lo adoraba, creo que no era el único. Hizaki lo idolatraba por su elegancia y Hero no paraba de hablar de las obras que lograba representar.

Me acompañó hacia el salón y allí se quedó cuidando al pequeño. Nosotros nos marchamos después que Phoenix llenara la mesa del teléfono con pequeños trozos de papel, donde tenía anotado incluso el pediatra.

Durante el camino hacia la exposición Seth parecía nervioso. Hero no paraba de observarlo fijamente en silencio. Cuando sus miradas se cruzaban sonreían. Ahí supe que ocultaban un pequeño secreto, pero era secreto y mi hijo pequeño no lo diría tan rápido como podía ser Hizaki después de amedrentarlo.

Tenía curiosidad y miedo de encontrarme con el nuevo acompañante de Clarissa. Curiosidad porque sería la primera vez donde nos veríamos las caras, miedo de saber que era un estúpido y ella pudiera peligrar. Sin embargo, yo ya no tenía que rescatarla de la torre, yo ya no era su príncipe azul y creo que por su bien jamás debí serlo.

Dejé el coche no muy lejos y lo hice en silencio. Phoenix se aferró a mi brazo y yo simplemente dejé la invitación del evento al portero. Al entrar vi a los orgullosos padres de otros alumnos y a estos mostrando sus obras. Sin embargo, había una enorme expectación en uno de los salones. Allí estaban los dibujos de mi hijo, colgaban de la pared expuestos ante todos. Los bocetos ya eran demasiado reales, los lienzos casi se podían tocar. Eran todos eróticos y desnudos sin piedad alguna, cicatrices de todo tipo se relejaban en uno de los modelos.

-La espalda de ese modelo es un amigo de Miho.-dijo Hero quedándose a mi lado.-Lo pinté antes que entraras al hospital. Un día me llevó Miho al local donde tocan, Hizaki también iba, y el chico se quitó la camiseta y ahí estaban las marcas.

-Amaury.-susurré quedándome sin aliento, mi hijo pequeño se estaba relacionando como si nada con ese psicópata. Sin embargo, no parecía ser demasiado peligroso si no le importunabas.

-Sí, ese mismo. Tiene una voz profunda y muy buena para el metal como para el rock, es bueno.-luego señaló el busto de una mujer, tan sólo la silueta.-Es mamá.

-Lo sé.-susurré colocando mis manos sobre sus hombros.

-Hice algunas siluetas de personas de distintas edades y luego las siluetas de cama, sexo sin compromiso de lo más pasional.-dijo antes de salir corriendo hacia un joven escuálido al que trajo hasta nosotros.-Él es mi profesor.

-Un placer conocerle, a su esposo ya lo conocía cuando trajo a ambos a clase.-lo decía por Seth que parecía tensarse aún más ese momento.

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt