Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

miércoles, 7 de julio de 2010

Dark City - Capitulo 17 - Ironías del destino LII


Las noticias que obtuve fueron terribles, abrieron una herida en mi alma y creo que mi dolor se hizo palpable para mi hijo. Habían intentado abusar de Yutaka en los aseos del parque de atracciones. Antes de salir juntos sucedió lo mismo en la piscina del barrio. Anii en esa ocasión molió a golpes al atacante, esta vez fue Max, aún así yo quería golpear a las personas que habían intentado abusar de él.

-¿Qué ocurre?-preguntó Phoenix apareciendo con una bandeja con limonada para que me refrescara.

-Debo ir a ver a Kamijo.-dije saliendo de la piscina para dejar al bebé en el césped.-Báñate con él, disfruta del día, y cuando regrese te cuento todo.-besé su frente y salí de forma precipitada hasta mi habitación.

Me puse la primera camiseta que encontré, junto a unos jeans y unas sandalias. Fui hacia el despacho para tomar mi cartera, las llaves de mi moto favorita y salí en dirección al teatro. Sabía que él estaba allí, era su segundo hogar.

Cuando llegué al teatro lo hice corriendo hacia las escaleras, iba desquiciado y sin poder calmarme. No había estado cerca de Yutaka para protegerlo, ya no era mi causa sino la de Max. Pero aunque no era yo quien tenía que cuidarlo sentía que era mi deber.

Entré pasando de la recepcionista que había puesto al principio de los despachos. Llamé a su puerta y al abrirme se quedó confuso al verme tan alterado. Me hizo un gesto para que entrara y me sentara, sin embargo yo no era capaz de estar sentado. Me movía por la habitación como un león de circo en su minúscula jaula.

-¿Qué sucede?-dijo tomando una taza para servirse un té.-¿Quieres uno? Compré este pequeño aparato que sirve té verde.

-No quiero té, quiero una pistola.-respondí completamente furioso, justo antes de dar un golpe contra la pared.

-¿Qué?-interrogó dejando el vaso en su escritorio.-¿Por qué dices eso? ¿Qué ha ocurrido?

-Han abusado de Yutaka.-se quedó frío al escuchar mis palabras.

-¿Tienen al criminal?-preguntó sentándose en el pequeño diván dejando espacio para que yo tomara asiento junto a él, pero no lo hice.

-Me da igual si lo tienen o no, yo no quiero que sigan respirando.-dije antes de sentarme en un rincón.-Te juro que quiero destrozar toda la ciudad.

-Te creo.-susurró analizando la situación, podía intuirlo por su mirada y el leve arqueamiento de sus cenas.-No puedo intervenir, si muevo a mis hombres sería demasiado arriesgado para mí y para ti. Recuerda que recientemente se abrieron investigaciones en nuestra contra, que investigaron todos nuestros movimientos, y tuvimos mucha suerte.

-Lo sé, lo sé.-respondí abrazando mis piernas.-Pero no quiero que quede eso impune, Yutaka no se merece pasar por esto otra vez.

-¿Otra vez?-dijo levantándose para sentarse a mi lado colocando una de sus manos sobre mi cabeza.-Atsushi no soy bueno escuchando a las personas, tengo problemas para ser un buen consejero pero si quieres puedo darte uno.

-¿Cuál?-pregunté mirándole fijamente a los ojos, esos profundos ojos azules.

-Yutaka tendrá el apoyo de Max, de su hermano, de su cuñado, de su hija, de Miho, de Josep, de Eduart, de mí, de ti, de todos los que le quieren y también por supuesto de un especialista.-asentí a sus palabras porque tenía razón.-Apoyo, dale tu apoyo y nada más. Yo por mi parte intentaré averiguar más de ellos, investigar para que no salgan impunes. Pero te pido que no hagas nada, sólo apoyarlo.

-¿Y cómo le demuestro mi apoyo? Jamás he sido bueno en ese sentido, nunca le he demostrado que realmente estoy ahí cuando me necesite.-eché mi cabeza hacia atrás y miré el techo.

-Cómprale unas rosas, un poco de chocolate y un vino para que pueda tomarlo con Max. Explícale que quieres verle sonreír y entrégale unas entradas para el teatro que yo te voy a dar. Haz que tenga la mente ocupada, que pueda disfrutar de momentos con su pareja, y le dices que necesite lo que necesite puede pedírtelo. Sois amigos y los amigos se ayudan.-se levantó del suelo con la elegancia que poseía y tomó un par de entradas.-Las iba a usar, iba a usar ese palco con Jasmine pero creo que él está demasiado alterado como para una noche en el ballet.

-¿Por Emma?-dije estirando mi mano para tomar las entradas.

-Sí, por Emma. Me veo sin Jasmine. Un día llegaré a casa y no estará, creo que por eso estoy siempre en el teatro. Temo ir a casa y que haya desaparecido, que se haya esfumado de mi vida, y que no vuelva.-suspiró cansado.-Pero eso son cuestiones causadas por mi estupidez, por no escucharte y por no escucharlo, ahora no tienen remedio.

No hay comentarios:

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt