Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

domingo, 18 de julio de 2010

Dark City - Capitulo 17 - Ironías del destino - CMI


Cuando desperté lo hice agitado y tirado en el césped, me había caído de la amaca donde me tumbé. Noté como el sol aún estaba fuera caldeando la ciudad y como Phoenix salía al jardín para correr hacia mí.

-¿Qué pasa? ¿Por qué gritas? ¿Atsushi?-me ayudó a levantarme sentándome en la amaca para él hacerlo junto a mí.

-Una pesadilla.-murmuré abrazándome a él, necesitando más que nunca el confort de su cuerpo.

-Pues me asustaste.-fue lo único que dijo antes de besar mi mejilla.

Y allí me quedé intentando recordar por completo aquel sueño. Era como una montaña rusa de sentimientos. Todo lo que parecía una cosa, tener solución, no lo tenía y acababa sintiendo como me aplastaba el peso de unos actos que desconocía. El karma parecía haberse vuelto loco. Pero no logré recordarlo por completo, era demasiado psicodélico para saber qué parte encajaba y cual no. No sé si era afortunado, o no, de no recordarlo.

No podía sacar conclusiones sobre mi vida, más allá de las referencias a mi paternidad y a los problemas que asechaban a mis amigos. Pero no a otros motivos, a algo más. Así que terminé levantándome para ir hacia la casa. Phoenix me siguió en silencio tomándome de la mano, eso me hizo sentir que estaba vivo y despierto. Dejé de pensar en ese maldito sueño, al menos hasta que llegó la noche y regresó más nítido y a la vez confuso.

Eran como oleadas de desesperación. Quería huir de ese mar, de sus aguas frías y profundas, pero me tragaba más hacia su epicentro. Terminé viéndome juzgado por todos, por aquellos que amé y odié. Incluso por rostros que prácticamente había olvidado, esos eran los más confusos. Mi subconsciente me hacía recordarlos de forma tan nítida como si pudiera volver a encontrarme con ellos. Si bien, entre esa desesperación y confusión encontré un punto de cordura o placer.

Me vi sentado en un parque observando al que parecía ser Jun jugar, era muy parecido a Hizaki a su edad pero algo más parecido a mí. Corría de un lugar a otro y otro pequeño de cabellos dorados iba tras él riendo. Se veían felices. Era como un pequeño paraíso de inocencia. Kamijo estaba a mi lado sonriendo satisfecho, por ello saqué la conclusión que era su hijo. Había otros pequeños, uno de piel más oscura y ojos menos rasgados los observaba antes de caminar hacia otro banco, en ese otro banco estaba Megumi. Y entre todos esos niños dos que me parecieron ser las copias idénticas de Miho, aunque el niño tenía algunos rasgos de Josep. Ambos corrieron hacia mi pidiéndome golosinas y que les contara otra vez esa historia que les gustaba.

Cuando todo el sueño parecía ser un caos esas imágenes me dieron calma y fuerza. Tenía que creer que así sucedería, que algún día estaría con mis nietos en un parque junto a mis hijos y a los hijos de mis amigos. Vería crecer a mis nietos sanos y fuertes. Que no debía de preocuparme por lo que hiciera Miho y tampoco por lo que hiciera Kamijo. Todo tendría su final feliz, aunque en la vida el único final es aquel que te concede la muerte.

Al despertar lo tuve claro. Tenía que confiar más en ellos, en sus posibilidades y que eran sus decisiones y no las mías. Podía dar mis consejos, pero no debía intervenir. Esta vez me quedaría como mero observador y nada más. Seguiría preguntando por ella y deseando que todo fuera bien con Emma, si bien el sueño me había mostrado algo más que imágenes, que por el momento eran sólo imágenes, no tenían sentido o no lo hallaba en ese momento.

Las semanas siguientes fueron complicadas. Yutaka empezó a tener sesiones con una psicóloga, Hidehiko era quien me comentaba cómo iba todo y que en realidad parecía afrontarlo todo con entereza. Paulo seguía sumido en melancolía, decía que escribir le ayudaba a soportar la nueva situación y el vacío que había dejado Claudia en su vida. Ella se marchó finalmente dejándolo ahogado en un océano parecido al de mi sueño. Kamijo seguía en su silencio habitual sobre el embarazo y poco más sabía de Miho. Sin embargo, un viernes cualquiera, justo antes de empezar las nuevas grabaciones, tuve una llamada de Kamijo.

-Atsushi por favor, espero que tomes esto como una información privilegiada y de total confianza hacia tu persona.-fue lo primero que dijo, quitándose de rodeos habituales de buenos días y preguntas comunes cuando llamas a un amigo.-Miho se ha marchado de casa, se ha llevado poca ropa pero sí sus tarjetas y pasaporte. Josep piensa que está en Londres, que ha vuelto a Londres, y todo ha sido fruto de una pequeña discusión que se agrandó.

¿Qué pensar? ¿Qué decir? Me lo temía. Ya había huído una vez hacia esta cuidad, se había refugiado pensando que el pasado no la aterrorizaría y terminó siendo un fruto de una casualidad el encontrarnos. Fue un maravilloso regalo del destino, pero tenía que ser sincero conmigo mismo y sabía bien que su casa estaba en Gran Bretaña, que ese país la absorbía y se sentía más inglesa que japonesa. Ni siquiera pensaba en las raíces que había echado aquí, mucho más profundas que cualquier otras que hubiera tenido allí. Su alma, su pasión, parte de ella misma o más bien por completo, estaba allí.

-¿Cómo está Josep?-pregunté incorporándome de la cama, puesto que aún estaba metido en ella.

-Preocupado, hundido, molesto, frustrado y creo que no se podrá recuperar de esto si no vuelve. Ella ha dicho que lo hará, pero lo mismo dijo su ex y mira lo que sucedió. Atsushi creo que deberías hablar con él, aunque ella lo niegue tenéis un carácter parecido y tal vez la comprendes mejor de lo que crees. ¿Por qué no vas a verlo? Verás así a tus nietos, es lo que tanto querías.-dijo con tono de preocupación, realmente estaba lamentando todo aquello. No podía dejar de pensar que Josep también era amigo suyo, así que tendría que aceptar que él se viera doblemente afectado por la situación, aunque no fuera directamente.

1 comentario:

Aris Meyer dijo...

Bonjour, apenas tomé tiempo de leer tu blog bien, y te seré franca al decirte que tienes mucho talento. ¿Alguna vez has publicado un libro? De ser así, dame el título que me interesaría comprarlo. En caso contrario, considéralo, ya que podría llegar a ser Best Seller.

Por cierto, tengo entendido que tú hiciste el skin de tu blog, ¿No? Por favor, enséñame a hacer uno para los míos, o si prefieres hacerme uno, me encantaría, ya que tienes mucho estilo.

Nos estaremos viendo, y espero leer más de tí próximamente.

Atte:
Asuka Yagami

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt