Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

sábado, 29 de octubre de 2011

Tears for you - Capítulo 12+1 - El baile de los malditos (parte III)



Imagen dedicada a mi dulce musa.
También quiero dedicar este tema a todos los que léis este blog.
Espero que os guste D, es uno de los personajes a los cuales más cariño tengo. Un hombre que sabe sacar partido a su "pequeño problema" y lo gasta a su favor. Un ángel con todas las de la ley. Un ángel gato algo cruel y muy sensual.
Marisol, sé que lo amas... disfrútalo.





El señor Sakurai se veía radiante, incluso hacía que todos nos fijáramos más en él que en mi hermano. Parecía un hombre completamente distinto lejos de la seriedad rigurosa que siempre había mostrado. Sabía que era un hombre adicto al espectáculo, que las actuaciones que realizaba eran como una poderosa máscara olvidando cualquier dolor. Sin embargo, podía ver en sus ojos que realmente estaba disfrutando y brillando con luz propia.

Pronto vi como soltó un potente silbido y como mi hermano dejaba de atender a su joven amante, y aún con este a su lado comenzó a tocar. Aquel hombre oscuro, pero de ojos cálidos y sonrisa algo entrañable, comenzó a cantar provocando que mi sobrino Sho chillara inesperadamente. Sabía cuánto amaba la voz de aquel misterioso personaje, el cual parecía salido de las mismísimas entrañas del infierno para cautivar a todo aquel que quisiera.

Sakurai tenía una carrera brillante en solitario, como cantante, y también era vocalista de una banda que se había reunido tras más de veinte años. Un hombre que hasta hacía poco era un serio oponente político, de mente cuadrada y de aspecto temible, había roto todos los esquemas y complejos para volver a ser esa pantera negra de regreso a su sensualidad, libertad y personalidad más extrema.

Kamijo deslizaba sus dedos en una alegre melodía, sin dejar de ser algo tétrica. Spider había conectado el equipo de música, para introducir los efectos necesarios para la actuación. Bou corrió a cambiar la intensidad de la luz, mientras Yuki lo vigilaba atentamente de forma paternal y con cierto deseo contenido en su mirada.

Aquel piano sonaba tan dulce, pero la voz con matices oscuros del señor Sakurai era tan intensa que producía escalofríos. Era una canción de aspecto de cabaret infernal con una pizca de melancolía. Como si proviniera de otro mundo para seres que jamás conocerían su significado, pero sin embargo la amarían como si formara parte de su vida y de su alma.

“¿Qué eres? ¿Quién eres? ¿Qué pretendes?
Has venido a visitarme, como si fueras la propia muerte.
Vistes muy elegante, demasiado atrevido.
Tienes buen gusto, tu aroma es agradable...
¡Eh! ¡Tenshi! ¿Bailas conmigo?
“Soy un Dios que ha venido para susurrarte “I love You”
sin embargo, me he parado para saludar.”
¿Qué eres? ¿Quién eres? ¿Qué buscas?
Has venido cual gato, deslizándote con sensualidad.
Hoy es una noche demasiado mágica,
no nos quedemos aquí parados y viajemos por la ciudad.
No quiero dejar de mover mis pies, por favor.
¡Una rapsodia a ritmo de tango!
“Soy un Dios que ha venido para gritarte “I hate You”
y si bien, me tienes aquí rogando a tus pies”
¿Qué eres? ¿Quién eres? ¿Qué deseas?
Mi alma será tuya cuando muera la última estrella,
tal vez sea antes de este rojo amanecer.
Pero por favor, se rápido y trátala bien.
“Shinimagi, I need You”
Por y para siempre, las preguntas danzarán en el ocaso.”


Eché un ojo a mi alrededor y no dudé en sonreír al comprobar como algunos terminaron bailando. Sho estaba bastante sonrojado dejándose acompañar por aquel individuo que no lo graba reconocer, por mucho que me esforzaba el disfraz era demasiado imponente y extraño.

Lionel se negaba mil veces a la invitación de su acompañante. Él era Yasu, uno de la vieja guardia que tenía Juka y que en esos momentos sentía tanto desprecio hacia su ex-jefe que deseaba torturarlo.

Spider brincaba alrededor de Yuki, el cual hacía tomado en brazos a Bou intentando bailar con él sin pisarlo. Los niños seguían el ritmo de mi pequeño sobrino, niño para siempre a mis ojos, y también de las palmas de Soma que reía sin poder evitarlo.

Hiroshi sólo fumaba en una esquina contemplando a todos, como hacíamos Kurou y yo. Mi hermoso gigante tenía el aspecto de un niño en un mundo de fantasía, jamás había escuchado un ritmo tan cercano al blues y a la vez tan cargado de rock. Era una mezcla de sensaciones, de emociones. Sonaba a viejo rock, ese que surgió de las entrañas del rock.

De todos los asistentes eché de menos a D, como si se hubiera desvanecido cual fantasma. En ese momento noté como faltaban algunos, como mi sobrino que comentó que vendría y otros que dijeron que sería imposible asistir. Suspiré pesado, ya que faltaba parte de mi felicidad en ese salón.

-Falta Yura.-dije apoyándome en el torso de mi esposo.-Debió venir.

-Y ese amigo orejudo tuyo.-añadió con cierta rabia.

-Paulo seguro que no quiso venir por su pequeña, aunque fíjate Celeste sonríe escuchando la melodía.

-Mejor para mi úlcera.

Hice como si no le escuchara, tan sólo me desaparecí subiendo hacia la estancia donde se encontraba la habitación de Celeste. La pequeña me despertaba ternura, aunque no paraba de sentirme despreciable al tener ese sentimiento de paz al saber que su madre no molestaría más. Nunca me parecí la adecuada para Kamijo e incluso él lo había dicho, hacía años que no era tan feliz como en esos momentos.

Al abrir la puerta me encontré a Chris mirando por la cristalera. Estaba vestido de pirata y realmente parecía sacado de otro cuento, tal vez del poema de Espronceda. Tenía a su hijo en brazos dormido, su piel clara contrastaba con la suya tan tostada.

-Pensé que no vendrías, Kamijo dijo que ni tú, ni Brandon y tampoco Mario estabais de humor.-comenté parado en mitad de aquella habitación.

-Yura me prometió que vendría y deseaba hacer que sonriera, en los últimos meses me ha ayudado a cuidar a mi hijo.-murmuró sin apartar la vista de la luna llena que se alzaba en aquel cielo algo encapotado.-Pero no ha venido, tal vez en un rato aparezca.-sonrió de forma dulce.-Es femenino incluso de ese modo, se hace desear.

-Echas de menos a una mujer en tu vida y ya hasta deliras.-comenté dejando a la pequeña en una de las cunas.-Aunque él es muy femenino.

-Renata me abandonó, después de todo lo que habíamos vivido. No tuvo piedad ni corazón para dejarme en busca de aventuras, romances de una noche y estúpidos sueños de niña de instituto.-dijo algo rabioso.-Debió quedarse aunque fuera únicamente por él.

-Tiene a su tito Yura para ser su imagen femenina.-intentaba destensar el ambiente, pero únicamente logré que me mirara cansado.-Lo siento.-añadí.

Se movió como un gato entre aquella media luz provocaba por la luminosidad de la ciudad, puesto que ni había dado al interruptor. Era como una visión, que abandonaba el niño junto a una cuna cercana a la de Celeste, para quedar frente a mí.

-En unos años, no muchos, tendré cincuenta años.-dijo algo abatido.-Yura es como una hija, aunque sea un hombre.

-Sí, es femenino y cruel como toda chica de su edad.-rió mi comentario, al fin se mostraba pendiente de bromas pequeñas entorno al carácter extraño de mi querido Yura.-¿Necesitas algo?

-Yo no soy quién está peor en este asunto.-murmuró.-Mario debería ser tu mayor preocupación.

-¿Sigue sin poder ver a su hijo?-pregunté agotado por esa historia, siempre que escuchaba algo sobre ella me producía una rabia inmensa.

Tiempo atrás hubiera jurado que Megumi era la mujer perfecta para Mario. Una de esas mujeres explosivas, algo adicta a las compras como único defecto, pero extremadamente dulce y comprensiva. Si bien, en esos momentos comprendí las palabras que alguna vez oí sobre ella. Conocía la rivalidad de Megumi con Daichi, o mejor dicho la de él con aquella ambición rubia. Detestaba a esa mujer con todas sus fuerzas, y desde hacía unos meses no era el único.

-Lamento molestar.-comentó Daichi entrando en la estancia.-Me escapé de la fiesta justo cuando empezó a sonar la música, Daisuke se agita demasiado, y bueno me costado que se durmiera.-dijo con una dulce sonrisa mientras miraba al pequeño.-¿Quedan cunas?

-Puedes tumbarlo con el mío.-dijo Chris.-No se mueve demasiado al dormir y la cuna es grande.

-Perfecto.-añadió.-Por cierto.-se giró hacia Chris contemplándolo con cierta sensualidad, lo pude notar puesto que la luz de la ventana dio directamente en él, iluminándolo como si fuera un foco de una atracción cirquense.-luces delicioso para tener prácticamente cincuenta años.-parpadeó un par de segundos.-Además, tienes ese toque erótico de viejo policía venido a menos... corrupto por un amor imposible hacia una niñata desagradecida.-se giró para contonearse hasta dejar al pequeño en la cuna junto al de nuestro pirata particular.

-Bueno, yo sobro aquí.-dije escabulléndose para llegar hacia el hall, de forma precipitada, y ver allí parado a Yura vestido como una novia cadáver.

Se veía impresionante con ese enorme y hermoso recogido, lleno de calaveras y mariposas negras. Sus ojos de colores distintos, uno azul y otro verde, junto a su piel de porcelana y su hermoso traje blanco, me hicieron suspirar lleno de orgullo y felicidad. Había venido más hermoso que nunca, aunque vistiera como un zombie a punto de atacar a su esposo justo en el altar después del “sí quiero”.

-Espero mi momento, no digas nada.-comentó señalándome con su abanico blanco envejecido para la ocasión.-¿Chris vino?

-Está arriba con la mantis felina.-contesté dejándolo algo confuso.-Digo, está arriba con Daichi conversando o tal vez fornicando.-intentó no reír ante mi comentario, por eso se tapó la boca pero una fuerte risotada se escapó.

-¡Primo!-escuché a Spider en la puerta del salón corriendo hacia él.-¡Primo! ¡Primo! ¡Estás muy guapo!-gritó a pleno pulmón.-¡Te dejó bonito Sho!

-El maquillaje lo hice yo, no él.-comentó intentando buscar un pequeño aplauso por su paciencia ante el espejo.-Pero sí, el estúpido de tu hermano diseña demasiado bien.-se inclinó para que rozara su nariz con la suya.-¿De qué vas bonito?

-Fantasma de un idiota que se enamoró de una bruja, y esta le comió el corazón convirtiéndolo en piruleta. Por eso voy ahora por todas las casas pidiendo golosinas.-le miró fijamente para luego palparse los labios.-¿Tienes golosinas?

-Tengo calaveras en casa, pero te las daré mañana cuando quedemos para tomar té y galletas recién hechas.-dijo tocando su nariz.-Te ves hermoso, tu hermano no me quería mostrar tu ropa.-murmuró.-El muy idiota jamás me quiere dejar ver sus trabajos, es un estúpido.

-Tengo orejas, dos.-intervino mi sobrino Sho, detrás de él aquel joven riendo bajo bastante divertido.-Dos hermosas orejas por las cuales escucho como me llamas estúpido.

-No peleen, vayamos a la fiesta a disfrutar que Hiroshi no acabó con el alcohol y Spider aún no tomó todos los dulces.-dijo aquel hombre balanceándose.-¡Sí! ¡Contemos historias de terror! Mientras meto mano a Sho en lo oscuro.-aquel comentario volvió de color rojo a mi sobrino, justo antes de carraspear.

-Os presento a Anis.-dijo antes de girarse apartando los cabellos que caían sobre su rostro.

Reconocí el nombre y la cara, era sin duda el otro hombre de confianza de Juka. Ahora, era el profesor de pintura de Sho, Spider y Bou. Se dedicaba a cuidarlos junto a Yuki, como si no pudieran valerse los tres por sí mismos.

-Con razón mi sobrino atiende tanto en clase.-eché a caminar para quedar a su lado, frente a ellos.-Eres un sexy profesor de dibujo.-murmuré antes de guiñar un ojo.-¿Haces también desnudos? Si hay clase de desnudo quiero estar presente, pero únicamente si es el profesor el objeto a pintar.

-Yoshiki.-murmuró Kurou apareciendo de la nada, también en la puerta del salón hacia el hall.

-Era una broma, amor.-me apresuré a decir.-Sabes que el único que posaría desnudo soy yo y ante ti, pero claro eres un pintor tan tímido que no serías capaz de dar un brochazo. Además, esa timidez provocaría violación instantánea del modelo al artista.-me encogí de hombros antes de pellizcar una de sus sonrojadas mejillas.-Una pena, porque después de pintarme te permitiría cualquier fetiche que cruzara por tu dulce y pervertida mente.

Escuché gemidos, unos intensos gemidos, que surgían del piso superior. Todos salieron al hall, escuchando atentamente, como desde el despacho de Kamijo había gritos desgarrados de placer. Reconocí esa voz de diva de la ópera que poseía Daichi, prácticamente de ángel, y esos gruñidos no podían ser de nadie más que de Chris.

-¡D es de papá!-gritó Ryutaro comenzando a llorar.

Aparentemente, Jun siempre se llevaba mal con Ryutaro, como si fueran réplicas perfectas de sus padres, sin embargo en ese momento el pequeño Sakurai besó la mejilla de su oponente. Terminó abrazado a él, provocando que se calmara extrañamente. El señor Sakurai revolvió el cabello de su hijo pequeño, porque eso era para él más que un sobrino, mientras que Kamijo pedía orden a todos para terminar regresándonos al salón.

2 comentarios:

MuTrA dijo...

Pues al final sí que hubo sorpresa inesperada... Y menuda sorpresita... ¿Se liará en la fiesta una buena trifulca? La verdad es que me estoy imaginando a Yura en pleno ataque de celos... Y con el disfraz que lleva le va al pelo... Ainsss... Mañana por la noche en cuanto llegue a casa miro a ver si está la cuarta parte del capi. :D

¡Besotes! :******** (Uy... La palabra se parece a tu apodo... "mistat" :P)

Athenea dijo...

Buff, la verdad sea dicha, me estoy armando un lío con tanto personaje. En cualquier caso, me gusta que relates la fiesta de Haloween de Kamijo y compañía. Parece que después de todo va a haber espectáculo, jajaja. Por cierto lo del 12+1 ¿es porque eres supersticioso? Me ha parecido curioso :)

Por cierto, gracias por enviarme el relato para el concurso. Ya lo he leído y me ha gustado mucho. Una historia de desamor y fantasmas perfecta para Halloween. De momento me han enviado 4 relatos y el tuyo y el de otro chico, que va sobre una historia sobre el Camino de Santiago, son los que más me han gustado.

P.D. Recupérate pronto de lo del tobillo y no te preocupes por no comentar en el blog porque últimamente no subo mucho al blog de Athenea's Corner, sino al de Fight For Rock. ¡Un beso y feliz Halloween!

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt