Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

jueves, 28 de febrero de 2013

Lo inesperado - Parte 2


-Parte 2-

Discusión


Mona se relamía sin mostrar ni un remordimiento limpiándose solamente la comisura de los labios con la mano derecha. Con suavidad terminó incorporándose mientras comenzaba a entablar cierta conversación. Si bien, yo intervine primero intentando calmar el tenso ambiente que se estaba dando.

-¡Madita sea!-vociferé moviendo mis brazos golpeando el aire-. Louis... no ha pasado nada, realmente ha sido un terrible error... movido por mis celos- intentaba disculparme vagamente, pero sólo empeoraría las cosas-. Pensé que fuiste con David buscando una aventura

-Louis espera -avanzó hacia éste situándose frente a él- por tú bien no digas nada de esto. Si lo haces no me haré responsable si tu hermoso perrito desaparece misteriosamente y tú estadía en este lugar se vuelve miserable... por tú bien cierra la boca-aquellas amenazas me desconcertaron.

Ella había sido capaz de amenazar a Louis con la muerte del cachorro que le había obsequiado hacía tan sólo un par de meses. Era una cría de Mojo, que a su vez era un glorioso descendiente del primero que encontré en mi aventura con el ladrón de cuerpos. Por ello, me giré rápidamente hacia ella atónito mientras escuchaba a mi pareja responderle.

-Tú ni te atrevas a hablarme, zorra -pasó de largo empujándola con su cuerpo- ¿Quieres a Lestat? Por mi quédatelo, suficiente tengo con una bruja como para soportar a otra.

-¡No amenaces a Louis con Byron!-la agarré del brazo zarandeándola para luego propinarle una bofetada- ¡Eso sólo hará que empeore todo!

-¡Tú me deseabas! -grito ante el agarre e intentó huir de él. Sus cabellos se agitaron notablemente al igual que los míos. Nuestros largos flequillos provocaron que nuestras miradas airadas quedaran levemente ocultas- ¡No mientas que eso ahora no te corresponde! ¡Y si lo amenazo es porque el se metió en esto!-su voz se alzaba con furia golpeándome con insistencia.

¡En qué se ha metido!-pregunté profundamente molesto, y con un tono elevado, mostrando sus colmillos de forma amenazadora-. ¡Me dijiste que se había ido con David! ¡Pensé que su amenaza era cierta! ¡Sólo me dejé llevar! ¡Maldita sea Mona!-gritaba temblando sin dejar de agarrarla de nuevo por los brazos-. ¡Deja de amenazar a mi pareja!

-¡Estoy harto de esto, por mi váyanse los dos al maldito infierno! Y tú, Lestat, desde hoy estas muerto para mí- me miró con profundo odio y desprecio que se caló en mi pecho provocando que me atragantara con las palabras que querían salir de mis labios. Me dolió más que cualquier palabra que él pudiese decir.

-¡Louis!-fui hacia él tomándolo del rostro-. No Louis, no puedes decir eso en serio... estás enfadado y sólo... bueno sólo hablas tonterías- quería asegurarme que era eso, pero simplemente no podía ya siquiera creer lo que decía.

¡Ni te hagas al santo que te revolcaste con mi tío Michael! -respondió gritando provocando que me girara rápidamente hacia ella.- ¡Lestat vuelve aquí no puedes dejarme así! ¡Él es un mentiroso se ha revolcado con Michael gritando como una puta cualquiera!

-¡No hablo tonterías! -decía arrebatando mis manos de su rostro- ¡Quédate con tus zorras que no deseo nada de ti!-vociferó-¡Nada!-añadió.

Ya estaba petrificado apartando sus manos de su cara, mientras la decepción y la ira cubrían todos mis pensamientos. No podía creer a Mona pero todo cobraba sentido. Era demasiado doloroso saber que algo así podía ocurrir realmente.

-¡Dime que es falso! ¡Louis! ¡Dime que es falso!-acabé agarrándolo por el cuello de su camisa pegándolo contra una de las paredes del hall. Acabé por mirar completamente iracundo a mi amante-. ¡Dime que es falso Louis!

Mi hermanito terminó llegando saliendo del coche deportivo último modelo. Era un vehículo de mi propiedad que solía prestarle para sus desplazamientos. Él no necesitaba que yo le dejara nada, pero ese modelo era una auténtica delicia y pocos habían sido los fabricados con todas las prestaciones de gama alta como aquel. Era una maravilla de color carmín, descapotable, y con unas llantas impolutas que había cambiado nada más salir de la fábrica. Amaba esas llantas plateadas tan resplandecientes que parecía engarzada con diamantes.

Se abrió paso hasta nosotros escuchando los gritos que provenían de la Mansión. Cuando subió los escasos peldaños hacia el porche quedó parado esperando una respuesta aceptable a su tímida pregunta. Juro que cuando lo vi ahí parado me sentí miserable.

-¿Ocurre algo?...

-¡Quin, tú quédate atrás! -señalizó a su esposo para que no avanzará- Oh sí Lestat, los vi durante su primera pelea revolcándose con él. Anda Louis, di que mi tío no te satisface, miéntele como lo has hecho hasta ahora.

-¿Y todavía te atreves a dudar? -me soltó un puñetazo en el rostro mientras tenía la mente dispersa, y lo sentí como un golpe a traición- Púdrete imbécil, maldito sea el momento en el que se me ocurrió ir a comprarte algo por tu buen comportamiento... maldito seas tú por creerle más a esa bruja... te desprecio

-¿Qué rayos ocurre? -frunció el ceño observando a todos terriblemente confundido. Yo deseaba que él no se percatara de todo lo que sucedía.

-¡Bruja a mucha honra!-le sacó la lengua en un gesto totalmente irreverente y acabó abrazándome.

-¡Nada!-repliqué a mi hermanito, aún con el golpe en el rostro mientras se deshacía de ella- ¡Louis! ¡Por favor!-ya no sabía a qué apelar, me había comportado mal y no sólo con Louis sino también con Quinn...-¡Louis cásate conmigo!

Y eso fue sin duda lo único que parecía querer Louis desde siempre, quizás con algo así él se olvidaría del resto. En su tonto pensamiento creyó que finalmente él aceptaría, todo se resolvería y tan sólo tendría que pensar concienzudamente como alegar demencia temporal.

Mona saltó como si estuviese subida en un resorte, rápidamente me propinó una bofetada y se negó al enlace en un grito insufrible.

-¡No puedes casarte!-exclamó.

-¡Puedo si quiero!-repliqué furioso aún sin pensar con raciocinio, aunque eso de pensar no se estilaba demasiado en mi. Era un hombre de impulsos y no de pensamientos.

-¡No puedes!-gritó histérica.

Louis detuvo su andar al escuchar sus palabras. Para él esas palabras que tanto deseó escuchar se habían convertido en polvo. Buscó en su lengua las palabras más hirientes y pronto me las lanzó como un cuchillo.

-Cásate mejor con tus putas, no deseo nada de ti...-susurró con voz rasposa debido al sufrimiento que sentía-y Quinn, ve dándote cuenta de la clase de mujer que tienes, si fuera tú me divorciaría-sentenció con rabia.

Mi buen amigo terminó por girarse hacia su esposa y la miró con un trago amargo. Aquella revelación provocó que su corazón pendiera de un débil hilo. La mujer que había amado desde su adolescencia, la chica que robó todos sus deseos y esperanzas, había vuelto a sus andadas.

-¿Mona?...-balbuceó esperando que ella respondiera a las acusaciones vertidas por Louis.

Mona parecía estar fría, completamente congelada, frente a su amante que parecía derrumbarse como un castillo de naipes. Mona se había quedado sin aire, sin palabras, sin nada.

-Quinn... yo...


No hay comentarios:

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt