Me miras con tus ojos de serpiente
tentándome con la manzana de tus labios. No te importa que deslice
mi mirada hacia tu escote y te ríes del nerviosismo que puede
aparentar mi rostro juvenil. Parezco un muchacho tocado por la mano
de Dios, pero en realidad soy el discípulo que el demonio deseaba
tener entre sus brazos. Mírame con dulzura falsa y haz que caiga a
tus pies de porcelana. Tienes una belleza increíble ésta noche
donde pareces una chica terrible, completamente encantadora y
sensual.
Vamos hermosa demuéstrame hasta que
punto puedo perder los estribos, ven aquí y haz que caiga de nuevo
en uno de tus hechizos, desliza tus unas sobre mi rostro frío
provocando que los pequeños pelos de mi nuca se ericen y siéntate
en mi regazo como una niña buena. Muéstrate encantadora y haz que
éste ángel cubierto por la malicia, el erotismo y la estupidez,
caiga rendido a tus zapatos de tacón.
Eres terrible, pero a la vez sé que
sólo buscas algo que yo codicio. ¿Por qué nacimos sin alas? Quizás
porque Dios tenía para nosotros un futuro más allá de ser pájaros
con elegante plumaje, pero sin embargo cuando alzo mis brazos hacia
ti me siento libre y condenado. Seremos chicos crueles con el resto,
nos reiremos de nosotros mismos y pintaremos una sonrisa descarada
cuando montemos en mi deportivo.
Pero por favor, sigue mirándome de esa
forma con esas esmeraldas mientras mordisqueas un mechón de tus
cabellos de fuego. Tienes una piel suave como la porcelana, pero
mucho más perfecta que una escultura de mármol. Mi dulce criatura,
tienes una pose muy erótica sin siquiera proponerte el parecer
afortunada y sensual.
Ven aquí y dame todo lo que me puedes
ofrecer, luego diremos que no ocurrió nada y nos abrazaremos en
medio de una tormenta de críticas que serán como una tormenta de
verano. Saltaremos sobre ellas entre los charcos, haremos que sigan
gritando y no nos afectará siquiera si terminan llorando. Tú y yo,
como huérfanos de todo, nos desprenderemos de nuestras ropas y
dejaremos desnudas nuestras almas para gozar de la libertad.
¡Ah, Mona! ¡Aplaude con una sonrisa
descarada!
¡Hoy seré rey y tú serás la reina!
No hay comentarios:
Publicar un comentario