La cámara gravaba en un ambiente casi
teatral. Hermosas cortinas rojas caían lánguidamente como telones
de un teatro, sobre un pequeño escenario habían objetos, sobre todo
libros y algún traje, que perteneció a Julien Mayfair, el cual
estaba sentado acomodando en la mesa auxiliar algunas galletas de
animal. El cámara enfocaba sus manos, las cuales él podía jurar
que eran reales de no saber que él había muerto hacía décadas, de
movimientos elegantes y uñas limpias.
David apareció acomodando su elegante
traje negro, al igual que sus zapatos. En ésta ocasión no llevaba
corbata y su camisa blanca parecía destacar con su leve tono dorado,
el cual ya poseía la piel de su nuevo cuerpo. Sus gemelos brillaron
así como el anillo que lo comprometía con Mona, la cual ahora era
su delirio. Siempre una Mayfair, siempre, provocaba en él cierta
pérdida de juicio.
-Mi nombre es David Talbot y como saben
llevo un programa de entrevistas- comentaba a la cámara mientras
caminaba de espaldas hasta Julien, donde se giró suavemente y apoyó
su mano en el respaldo de la elegante silla XVI tapizada en color
crema-. Y él es Julien Mayfair, uno de los fantasmas de los Mayfair.
Como saben, en vida fue un gran brujo y un hombre de numerosos líos
amorosos. Se le puede considerar carismático, encantador, conocedor
de secretos y con un carisma que puede condenarte a sus encantos-
sonrió de forma escueta y encantadora mientras se giraba suavemente
hacia el fantasma. Podía ver con claridad su presencia, éste sería
grabado con un prestigioso equipo de sonido y únicamente podría ser
visto por aquellos que tuviesen el don. El resto, posiblemente, tan
sólo veía brisa suave, movimiento de objetos y el peso de su
cuerpo, o mejor dicho su alma, sobre la silla-. Bienvenido Julien, no
hace falta que nos presentemos ni tengamos un trato demasiado
correcto ¿no es así?-comentó dirigiéndose a su silla para
sentarse esperando respuesta.
-Buenas tardes un placer estar aquí
–sonrió adoptando una forma más nítida-. No sé cuánto tiempo
pueda mantener esta forma sin embargo aquí estoy para contar y
relatar a gran detalle algunos aspectos de mi vida; ¡Si supieras lo
que me cuesta regresar! –Exclamó lanzando una suave carcajada
cruzando la pierna muy varonil- a pesar de ser destruidos mis
escritos por Mary Beth estoy dispuesto a contar mi historia.
-Deseo preguntarle algo interesante, ya
que en su familia las mujeres son las más poderosas y las que suelen
tener los beneficios. Es una sociedad matriarcal, de igual modo que
en algunos países de Asia como zonas de la India- indicó con una
sonrisa aún más gentil mientras tomaba sus documentos, los cuales
estaban sobre una mesa auxiliar que él poseía. Posiblemente no
seguiría un orden cierto, pues como había dicho Julien la
entrevista podía verse cortada por fatiga, por así llamarlo, del
fantasma- ¿Cómo se siente siendo uno de los fantasmas y familiares
con mayor talento? Debió ser extraño verse bajo la lupa de todos.
-Desde pequeño se debió a ser más
poderoso que mi propia hermana Katherine, creo que en gran medida es
lo que aun me mantiene- sentención aunque al proseguir suavizó su
afirmación, dejando esta en un “soy fuerte, eso es todo”- No
digo que sea el mayor brujo que la familia haya dado ya que Rowan al
igual que Mona son las brujas con más dotes de poderes
sobrenaturales les fueron concedidos. A decir verdad, es un verdadero
placer ser recordado no solamente por las absurdas historias de
Carlotta si no por todo lo que aporte a la familia, como el
incremento de la fortuna Mayfair en manos de Mary Beth, y mío, así
como la fundación de Mayfair & Mayfair –entrelazando sus manos
deposito su barbilla sobre estas- ¿Y Mona ¿dónde está mon fils?
–interrogó solamente para observar su reacción- ¿Se encuentra
bien? Últimamente mi me ha llamado ni buscado ¿Por qué?
David lo escuchaba maravillado hasta
que aquella pregunta hizo desvanecer su concentración. Una sonrisa
de hombre enamorado surcó sus labios. No era la primera vez que caía
en los encantos de una bruja, pero a decir verdad en esos momentos se
sentía en una segunda adolescencia.
-Ha decidido colaborar conmigo con la
mejora de mi despacho y la habitación que me cedieron aquí, así
como en ocasiones sale a pasear sola porque necesita su propio
espacio -carraspeó y acomodó sus folios para mirarlos largamente,
intentando volver a temas más serios- Pero, no le he hecho venir
para hablar de mí. Cuénteme ¿es cierta y bien merecida su fama de
conquistador? Aún desconozco cual es la cifra total de su
descendencia.
-Conquistador, bueno-su rostro parecía
animarse con esas palabras en sus labios, como si las pudiese
saborear -como bien me dijeron mis primos y tíos, alguna vez, los
hombres Mayfair podemos obtener fama, fortuna y mujeres. A decir
verdad, todos estos desmanes fueron provocados por Lasher cuando
tomaba posesión de mi cuerpo- aclaró su voz carraspeando suavemente
y continuó-. Con respecto a las mujeres Mayfair pues ¿Qué otra
opción tenía? Todas sus parejas eran incapaces de engendrar brujas.
Así que para ser sincero, fue algo con lo cual debía tomar cartas
en el asunto y no me disgustó en absoluto, he de confesar –río
con satisfacción y cierto encanto mostrando una galanura y porte
capaz de conquistar tanto a hombres y mujeres sin la necesidad de
aquel ser.
David estaba perplejo por su forma de
hablar pues parecía racional, no como muchos de los fantasmas que
rondaban las viejas mansiones de podridos tablones olvidadas incluso
por aquellos que las conocieron hermosas, llenas de vida, con
jardines arreglados y risas de niños cerca de las baldosas de la
calle. Calles olvidadas incluso por el eco de los coches, pues había
ciudades abandonadas repletas de fantasmas que él había visitado.
La presencia del mal podía rondar como si fuese una caricia fría,
un aliento que soplaba en la nuca.
-Muchos no aman a los Mayfair, otros
sólo quieren a ciertos miembros y hay pocos, muy pocos a decir
verdad, que ven en ustedes una belleza enigmática y están
fascinados- comentó con gesto serio, aunque estaba completamente
relajado. Julien era un ser extraño, poderoso, que sabía manejar su
encanto y él lo sabía. A decir verdad, ambos lo sabían.
-Podemos parecer frívolos, o seres sin
sentimientos, pero a todos en algún momento hemos pasado por cosas
difíciles. Imagina a mí sin poderme mover de la noche a la mañana,
postrado en una cama sabiendo claramente que mi cuerpo físico moría.
Observé la lluvia sobre First Street como con mi abuela, mi madre y
hermana. Esa misma lluvia provocada por Lasher anunciando la partida
de una bruja. Para él yo fui esa bruja, así como muchas otras, es
difícil pues aún recuerdo ver a mi pequeña Stella y Evelyn llorar
desconsoladas al pie de la cama al observarme inerte. En el funeral,
y por supuesto el entierro, y aun tiempo después ésto causa dolor
–sonrió con suavidad suspirando con cierta melancolía- Creo que
los que nos juzgan es porque no conocen mon fils, siempre lo he
dicho.
Todos teníamos nuestra cruz. Incluso
tras la fiesta había máscaras de soledad. El mundo no era siempre
lentejuelas y tenía sus puntos oscuros, donde sin duda, se hallaba
la muerte sonriendo con la misma ternura de un niño. Él había
recordado su muerte y David no tardó en recordar la suya provocando
que bajase los párpados.
-Dígame, ¿qué le pareció la
interrupción de los vampiros en su vida? Estoy hablando por supuesto
de Lestat, pues Quinn ya era conocido e incluso es parte de su
descendencia -sabía que era un tema espinoso, pero tenía que
preguntarle antes que se desvaneciera.
-Lestat, el simpático Lestat -suspiró
en respuesta callando unos instantes- Enojo, molestia y algo de
envidia. Me recuerda mucho a mí en mi época de gloria. A decir
verdad, tanto a mí, un hombre de conquistas, le dio una segunda
oportunidad a Mona es cierto. Sin embargo, fue muy egoísta por parte
de ambos ya que no pensaron en todos los que la esperábamos.
-Tal vez ella no estaba dispuesta a
morir tan pronto, por eso aún vive para siempre y en éstos momentos
a mi lado- respondió jugueteando con los documentos-. ¿También me
va a odiar a mí por intentar cuidarla?
-¿Intentas o la cuidas? -irrumpió la
conversación con seriedad.
-La cuido todo lo que ella me deja,
pero en ocasiones no me permite acompañarla y he decidido que todos
tenemos nuestro espacio. Si bien, vuelvo a pedirle que retomemos la
conversación con una pregunta final. ¿Por qué sigue con nosotros?-
preguntó intentando desviar la atención del fantasma que estaba
sobre su persona.
Lentamente fue suavizando su expresión
entrecerrando sus ojos, tras emitiendo un suave suspiro. Julien se
había tensado, pero pronto aquel fantasma que podía ser temible, se
relajó del mismo modo que su interlocutor.
-Para ayudar a mis brujas y estar al
pendiente de la familia estén donde estén. Ellos son un gran legado
inclusive mayor que la fortuna Mayfair a lo largo del tiempo- afirmó.
-Realmente me ha encantado conocerlo,
más adelante espero poder hablar de ésta forma tan amena- comentó
notando que la leche iba desapareciendo igual que las galletas.
Cuando se giró a cámara para comentar
un apunte a los televidentes, los cuales verían la entrevista en
retransmisión, comprobó como él ya no estaba. Tan sólo quedaba el
olor dulzón de la muerte, pero que era tan sólo un residuo. Julien
ya no estaba en su silla y él sonrió a cámara antes que quedase en
negro.
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