Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

sábado, 2 de noviembre de 2013

Regresé

Nicolas de Lenfent
El Jardín Salvaje

Los infiernos se abrieron para que caminara sobre ellos sosteniendo tu recuerdo como única condena. Mis manos, ya libres del dolor, palparon mi rostro y se hundieron en mis mejillas mientras reía y lloraba girando sobre mí. La desnudez de mi cuerpo era visible, pero mi alma estaba vestida con la túnica de la ira. Caminé entre los muertos, escalé el otro mundo y hallé una grieta donde perseguir la miserable vida que tú llevas. Canté, bailé, sufrí y lloré en otra vida pero en ésta pienso reír mientras tú sufres. Prepárate para la venganza y saborea el salino sabor de tus lágrimas.


Y me alzaré en el fuego
con el corazón latiendo
y el violín en las manos.

Me alzaré entre las llamas
para devorar tu alma
y conquistar los cielos.

Mírame, soy la pesadilla
que tanto has temido

y ya no hay vuelta atrás.


He regresado a la vida con el destino de tomarte entre mis brazos, susurrar en tu oído y explicarte cuanto daño me has hecho. Te hundiré en la miseria de la culpabilidad y sentirás como tu pecho se desquebraja mientras tu verdad, esa que tanto te hace mantenerte en pie, cae derrumbada como si fuera un viejo castillo hecho con terrones de azúcar. Vas a llorar las lágrimas que yo ya no he podido verter. No te confundas conmigo, pues no regresé para vivir la calma de la eternidad.

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt