Bonsoir mes amis!
Hoy les traemos una vieja carta de Manfred en la cual se ve claramente que la torpeza es cosa de familia. Opino que hay genes Blackwood en Quinn. ¿Cuáles? ¿En qué proporción? ¡Ni sé! Pero tiene que existir genes en ese muchacho.
Lestat de Lioncourt
Estimada Virginia Lee:
Tal vez soy demasiado atrevido, no
obstante siempre he pensado que un hombre que no se arriesga jamás
gana el corazón de una dama. En ésta ocasión usted ha ganado el
mío mucho antes. Nunca tuve en cuenta los designios del amor, más
bien era de esos hombres que se burlan de su propia sombra y jamás
hizo caso alguno a los méritos que podían realizar frente a él.
Perdí el juicio cuando la contemplé hace unas noches, en aquella
fiesta realizada por unos amigos mutuos celebrando su temprano
compromiso.
Deje que describa como me sentí en esa
fiesta. Usted fue la causa por la cual me marché tan precipitado.
Lamento muchísimo haber manchado su hermoso vestido, aunque le
pareciese grosero el haber quedado pálido para luego huir sin decir
palabra alguna. Sí, debí parecer un grosero. Pero
independientemente de ello espero haber causado buena impresión pese
a mi torpeza, pues nos estábamos divirtiendo.
Mi deseo con esta carta, la cual he
entregado en mano a su amiga Laura Marie, es que acepte mis disculpas y una
proposición para salir al teatro. En el sobre hay dos entradas de
palco. Por favor, antes de dar una negativa como respuesta piense en
lo afortunado que me haría y que posiblemente no volveré a manchar
ni uno más de sus vestidos.
Manfred Blackwood.
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