Una noche más abrimos un pequeño texto o poema. En esta ocasión es un texto que viene firmado por Nicolas de Lenfent.
Lestat de Lioncourt
Abrazado a ti. Como si fueras la solución a mi ruin deambular, siento que el mundo queda vacío y en silencio. Ni siquiera puedo escuchar el zumbido de mis pensamientos que me ruegan que me marche, corra precipitadamente y escuche el latir de la verdad en mi corazón. Sin embargo estoy aquí, con la vista puesta en tu mirada y mis manos temblorosas apartando el cabello de tu rostro.
Me he enamorado de un ser que ya no sabe amar. Ha perdido la ve en los sentimientos. Dios lo castigó por ello. Fue alejado de toda la grandeza por haberse arrodillado a salvar a un puñado de ignorantes y farsantes. Y ahora reza por su corazón de piedra cubierto de hiedra venenosa. Jamás podré acceder a tus escasos recuerdos ni al sentimiento que duerme hundiéndose en tu pétrea alma. Pero no dejo de pensar ¿qué soy para ti?
Soy un músico que toca su violín para calmar su dolor y el tuyo propio. Que ensalza la maldad y se retuerce provocando que todos lo admiren. Igual que una vieja encina con las ramas vetustas hacia el cielo mi música alcanza las nubes, baja hacia la tierra y da sus frutos. Yo sólo soy un juguete del cual no quieres desprenderte y un corazón que tiembla en cada segundo.
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