Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

lunes, 17 de marzo de 2014

La canción infantil

David Talbot nos adentra nuevamente en un mundo de misterios inclasificables ¿quieres acompañarlo?


Lestat de Lioncourt 


Hacía tan sólo unos días que aquel archivo había llegado a él. Era una documentación poco elaborada, aunque con ciertos datos escalofriantes. Sentado ante el escritorio, con la tenue luz de la lámpara de escritorio, aquellas hojas tomaban un matiz algo perverso y nauseabundo. Sus manos temblaron por unos segundos recordando aquella voz, pues los archivos constaban de audio y podía escucharse claramente a una pequeña cantar canciones infantiles muy antiguas, pasadas de moda y que ningún niño conocería. Junto a los archivos había una carta que había leído mil veces.

Estimado Mr. Talbot.

Disculpe la osadía de comunicarme con alguien que ha decidido dejar la orden a un lado, apartada de su vida y por ende de su mundo. Aún así me consta que tiene buenas relaciones con diversos novicios y subordinados. Comprendo que no pueda desvincularse sentimentalmente de un lugar que en su momento lo fue todo para usted. Por ello mismo, porque es usted parte de la orden a pesar que ya no esté con nosotros, me pongo en contacto con un mero deseo, o más bien ruego, ante un suceso bastante peculiar y escalofriante. Espero que tenga el suficiente impacto en usted como lo ha tenido para nosotros.

Mi nombre es Stirling, Stirling Olivier, y a pesar de no conocernos personalmente he podido leer su trabajo y conozco a Lestat y Tarquin. Creo que posiblemente le han hablado de mí o conoce mi respetable modo de vida. Lamento muchísimo la muerte de Aaron hace aproximadamente dos décadas y le puedo asegurar, con la mano en el corazón, que si hubiese podido hacer algo por él lo hubiese hecho.

Hechas las presentaciones oportunas le narraré el caso, aunque tiene más datos y ciertos detalles escabrosos en el sobre. La copia sonora, como podrá comprobar, es de gran calidad debido a filtros que he usado para poder escuchar su voz con mayor detalle. Bien, le hablaré de la historia.

Este archivo llegó a mí después de cruzar el océano. Había regresado a Londres para ciertas investigaciones paranormales, Oak Heaven quedaba para que fuese lugar de descanso de varios de nuestros compañeros. Sin embargo alguien había enviado un paquete para mí, el cual me fue entregado semanas después. No había remitente, pero sí unas instrucciones precisas que son las siguientes:

Dentro del sobre hallará un teléfono móvil del cual he decidido deshacerme. Podrá ver que es uno de esos aparatos denominados como inteligentes. No es un regalo sino un objeto que me trae pesadillas. Desde hace varias semanas cuando lo he descubierto me tiembla la mano cuando escucho la melodía de un mensaje entrante. ¡Tengo miedo y usted debería tenerlo!

Hace aproximadamente dos semanas encendí mi teléfono móvil, el cual llevaba un par de días sin batería ni carga alguna de saldo. Sin embargo cuando revisaba la música, para poder pasar un rato agradable en el autobús, encontré un archivo con el nombre “77890V”. Me resultó sospechoso pues los archivos de voz, así como cualquier otro, que yo he llegado a guardar tiene el nombre, fecha y lugar en el cual se ha hecho para poder llevar cierto registro.

Pensé que podría ser un virus. Sin embargo mi antivirus del móvil no detectó nada. Así que lo reproduje. Quedé horrorizada. Mi rostro cambió por completo y muchos pasajeros me miraron como si fuese una perturbada. La voz que se escuchaba era la de una pequeña que cantaba canciones que mi madre me había cantado a mí, canciones que hace décadas que no escucho y desconocen mis sobrinas. No conocí la voz. Pero me impactó. Sobre todo el impacto fue cuando revisé la fecha, lo cual hice de inmediato, y vi que había entrado la noche pasada cuando mi teléfono se encontraba apagado. ¡Se lo juro! Estaba apagado.

Además, es un archivo que ha sido enviado por Internet pero ninguna conversación de chat tiene este archivo y ningún amigo reconoce la voz. Nadie de mi familia conoce a la pequeña. Todos han quedado un poco descolocados al ver que insisto terriblemente en este hecho. Desde hace cuatro días alguien me llama. Es un número oculto. Cuando he aceptado la llamada no se escucha nada y el silencio es sobrecogedor hasta que se oye un llanto.

No quiero ese teléfono. No quiero nada que tenga que ver con él. Dentro del sobre hay más información como la fecha de compra del aparato hace un mes, diversas conversaciones de chat impresas y la transcripción de la canción completa.

La canción que me ha presentado es “Mi dulce sol” que al parecer era popular en ciertas zonas de latinoamérica hace algunas décadas. No obstante es una canción complicada de cantar para una niña, los cuales olvidan frases. He descubierto que algunas estaban mal cantadas y la risa de fondo no pertenece a la pequeña, sino a alguien con quien está. Es una risa siniestra y poco halagüeña. Es posible que ese ser esté retransmitiendo pedazos de historia, una siniestra.

No he logrado hallar los motivos o la situación con la cual se inicia todo. También he colgado en los archivos la voz infantil, muchos han descubierto que su acento no es de México, lugar de donde proviene el archivo, sino es posible que sea acento argentino o uruguayo. He peinado la zona buscando información de niños desaparecidos pero no he encontrado nada. Nada reciente.

Ayúdenos.
Stirling.”

David sí había logrado saber quien era la pequeña. Había revisado archivos de niños desaparecidos en los últimos cien años, algunos casos que ya estaban cerrados porque no se halló al culpable de los terribles sucesos ni el cadáver del pequeño o pequeña. Muchos quedaban inconclusos cuando los padres se rendían tras más de tres décadas y la policía se veía imposibilitada para malgastar más dinero en el caso.

En 1942 una pequeña de nombre María desapareció de su casa en Buenos Aires, Argentina, vistiendo un pequeño y bonito vestido blanco con lazos celestes. Sus cabellos castaños tenían los mismos lazos y llevaba unos encantadores zapatos negros de charol. La pequeña nunca apareció pero sí algunos de sus lazos completamente ensangrentados cerca del lugar de la desaparición. No se hallaron más datos.

Muchos habitantes de la zona decían ver a la pequeña cantar en la calle, jugar con algo que no lograban ver y finalmente desaparecer. Incluso la habían visto varios turistas que espantados decidían dejar el barrio y dormir en hoteles que estuvieran fuera del radio de la aparición.

Sin embargo era curioso que la joven a la cual le llegó el mensaje, completamente desconocedora del caso, jamás hubiese viajado a Argentina. Sin embargo uno de los últimos procesos de fabricación del móvil se habían dado allí. Éste había viajado hasta México y habría sido distribuido. El móvil no tenía más de dos meses desde su adquisición y posiblemente no llevaba con la joven más de unos días cuando el hecho aconteció.


El suceso es mórbido y brutal porque se trata de una niña, la cual aparece y desaparece a su antojo. Posiblemente ni siquiera es su alma sino la de ese otro ser invitando a jugar a niños que también han desaparecido en zonas cercanas. Posiblemente un demonio.  

No hay comentarios:

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt