Tarquin Blackwood ha dejado un poema para Mona, y un pequeño mensaje, que es el siguiente. ¿Quieren leerlo? Seguro que sí.
Lestat de Lioncourt
Si te dijera te amo te estaría
engañando, pues lo que siento es mucho más intenso. Mis
sentimientos están enlazados con mi alma hundiéndome, perdiéndome
y ofreciéndome a la vez la libertad. Tú eres como una mariposa que
ha decidido perdurar incluso en invierno, sobreviviste al destino y
superaste a la muerte, por eso te has convertido en el símbolo de la
fortaleza. Me has ofrecido tantas cosas sin saberlo, he caído mil
veces y tú me has levantado. Por eso hoy, aquí y ahora, me
arrodillo ante ti y ensalzo tu belleza con éste poema.
Rojo, como el fuego del hogar,
es tu cabello y tu pasión.
Rojo, como la sangre,
que ensancha y enloquece mi corazón.
Tú eres Ophelia Inmortal
surgida de las aguas de la muerte
y entre las sábanas de mi cama
donde yaciste convaleciente.
Aprendiste a respirar sin agua
y caminar sobre las llamas del dolor
para al fin alcanzar la libertad
y conferir a tus mejillas cierto rubor.
Rojo, como el vino de tus labios
y las manzanas prohibidas del paraíso.
Rojo, como la capa de amapolas
que rozaba tu cintura en brazos de
Narciso.
Tú, ángel de fuego y magia, sonríes
con tus ojos de esmeralda de mi
vergel...
buscando la verdad sin codicia
y la fuerza donde yace yermo el edén.
Te alzaste como Dafne sin laurel
pero con la fortuna regada a tus pies.
El día se hizo noche para siempre
y tomaste la vida de otros como si
fuera miel.
Saborea todo mi Ophelia, hazlo.
Soy Abelardo, estoy esperando.
Soy aquel que entre sus brazos te alzó
y que siempre te ha estado buscando.
¡ROJO!
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