Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

jueves, 31 de julio de 2014

Siempre mi damita

Si hay algo que aún conmueve a Louis es Claudia. Hemos pasado por muchas cosas, el tiempo borra parte del dolor y lo enjaula en nuevas satisfacciones, pero su dolor sigue quemando. Creo que nunca lo superará. 

Lestat de Lioncourt 


Te he buscado mil veces en cientos de calles. No he permitido a mi corazón desvanecer cada uno de sus sentimientos, pues quería sentir el amor que siento por ti a pesar de lo doloroso que es. Tengo cerca de mi pecho tu vieja fotografía, la cual guardo como un pequeño tesoro que no permito tocar a nadie. A veces te imagino caminando a mi lado, tomando mi mano y preguntándome por la luz de la luna que incide sobre cada una de las caras de la ciudad. Desearía poder estrechar tu pequeño cuerpo, aspirar el aroma de tus cabellos y jurarte mil veces, mirándote a los ojos, que no te dejaré ir jamás.

Creí que ambos buscábamos lo mismo y que siempre sería tu padre. A veces quiero morirme cuando recuerdo que me odias. Ese odio alimenta la parte más grotesca de mi ser, pequeña mía. Desearía quemar todo lo que siento, olvidarme de mi dolor, y adentrarme en los jardines paradisíacos de la frialdad más cruda. Sin embargo, siempre que recuerdo tus rizos dorados mi corazón se enternece, siento como las lágrimas vuelven a recorrer mis mejillas y mis manos tiemblan.

Siempre seré tu abnegado padre. Nunca podré dejar de pensar en tus brazos rodeando mi cuello, el peso de éste en mis brazos y el sonido de tu voz mientras te confesaba que eras todo lo que necesitaba. Eras mi hija, mi pequeña, mi damita, mi tierna criatura y lo único que importaba en mi vida. Cuando desapareciste algo en mí se quebró. Me convertí en un monstruo cuando supe que en tu corazón sólo podía anidar el odio, siendo tan intenso como el brillo de un diamante. Sin embargo, no puedo reprocharte nada. Ni siquiera puedo pedir explicaciones al aire, pues entiendo tu dolor ya que es parte de mí.


Mi niña, siempre tendré la huella de tu amor en mi corazón. Jamás podré olvidar la belleza de tu voz alzándose por los viejos callejones de New Orleans, ni la gracia de tu risa recorriendo la noche mientras tus brazos se movían en el aire. Cariño, jamás dejarás de ser el amor más puro e infinito que he sentido. Nunca se deja de amar a una hija.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt