Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

viernes, 1 de agosto de 2014

Ven

Esta carta llegó a mí hace unas horas, es de Armand y es un comunicado para uno de nuestros amigos. Dice que yo podría hacérsela llegar... demonios... ¿tengo que ser ahora su mensajero?

Lestat de Lioncourt 

Te he observado durante tanto tiempo que he perdido la constancia de los días. He aprendido a contar mi historia del mismo modo que tú la cuentas. Quizás suene extraño, pero los dos sabemos que es cierto. Puedo sentirte cerca a pesar de lo distante que podemos llegar a ser ambos. Somos como dos planetas que se observan mutuamente en mitad de una guerra de los mundos, con los ojos fijos en la esperanza y el corazón palpitando fe. Hemos visto tanto y a la vez tan poco, como si tuviésemos miedo de tocarnos y deshacer el encanto. Te he observado y he amado tus facciones, la forma masculina que tienes de apoyarte en el escritorio y la inocencia que exhalas cuando ves un nuevo misterio ante tus narices. ¿Y qué soy yo? Soy un misterio más que observas como si fueses un niño y yo una mariposa. Quizás lo soy, ¿no es así? ¿Quién dice que no lo sea?

Preciso que escuches mis palabras, como Dios mismo escucha las plegarias de aquellos que realmente lo merecen, para regresar a mí. Te imploro, como imploran los monjes frente a los altares llenos de viejas reliquias, que me acompañes una vez más.

He buscado tu mirada bondadosa y excitante cada vez que me he sentido fatigado. En el abrigo de tus brazos he encontrado al fin la paz, aunque no la calma absoluta. El sonido de tu voz es un buen aliciente para sentirme en otro mundo. Mis labios han rozado los tuyos en más de una ocasión, no me has rechazado y me has recibido igual que Dios recibe a sus hijos en su misericordioso reino. Tus besos son salvajes encantos que terminan estimulando mi fantasía y mis manos desnudan tu cuerpo buscando tu piel. Esos ojos cafés que poseen me quitan el sueño, como si tuvieran un efecto psicotrópico. Deliro cuando tocas con la punta de tus dedos mis mejillas y hundes tu nariz en mis cabellos.

Quiero ser el fuego en tus noches más frías, la escultura del ángel que llora en tus brazos mientras me haces el amor. Búscame de nuevo. Te lo estoy rogando. He narrado mi historia para ti y tú me has abierto las puertas del cielo. Ámame, deséame, pero no lo hagas como todos. Tú eres diferente. Sabes amar sin dar nada a cambio; pero a la vez, entregas tanta pasión que me arrancas cientos de lágrimas, una por cada una de las plumas de mis ocultas alas.

Necesito que vengas a mí de nuevo, que me busques aunque no tengas excusas suficientes, porque te deseo. Átame entre tus brazos, enreda tus dedos en mi cabello ambarino y déjate seducir por mis labios llenos. Te daré de mi sangre si así lo deseas, te ofreceré mi cuerpo en un ritual sagrado si eso quieres y abriré mi alma para si por si quieres robarla. Sólo ven. Quiero sentir tu bondad de nuevo tocando los hilos oscuros de la sinfonía de mi corazón.


¿No extrañas mi cuerpo en tu cama dejando húmedas tus sábanas? ¿No echas de menos mi cuerpo desnudo y agitado? ¿Has olvidado lo delicioso y excitante que puede ser poseerme? Ven, azótame si lo deseas, y hazme tuyo. Abre mis piernas y entra con la fuerza viril que tanto contienes. David, enséñame cual es tu verdadero poder místico. Eres el misterio del placer mismo y yo quiero saborearlo una vez más entre mis labios. Quiero hacer serpentear mi lengua por tu vientre y arrancarte gemidos indecentes, jadeos incontrolables y gruñidos propios de una bestia. ¿No lo entiendes? Me excitas tanto que no puedo contener mis deseos. Ven aquí, te necesito.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt