Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

lunes, 21 de julio de 2014

Yo sigo amándote

Texto dedicado a Daniel Molloy de parte de Armand. Espero que sepan comprender a que se refiere con cada una de sus frases, pues son bastante profundas y meten el dedo en la yaga. 

Lestat de Lioncourt 


He derramado tantas lágrimas por ti como gotas de lluvia que caen sobre, la ya húmeda, tierra; sin embargo, permanezco en silencio sin reproches, como única virtud. Quizás debería salir huyendo lejos de tu presencia, abandonándote como un proyecto que jamás logré conquistar o un sueño que se desvaneció antes de despertar. Sí, quizás. Pero aquí estoy, frente a ti soportando tu silencio y tus miradas de soslayo. Creo que pretendes hacerme creer que no sé todo lo que hemos vivido, igual que se hace creer a los locos que no lo están.

Te ves tan vulnerable como una mariposa. Pareces hecho para morir de forma hermosa sobre un lecho de flores y satén, pero te aferras a la vida con una fuerza que jamás vi en otro. Muchos dicen que si me compadeciera realmente de ti acabaría con tu vida, la cual se ha transformado en miserable y tortuosa. ¿Y quién se apiada de mí? ¿Quién lo hará de éste monstruo? No, no puedo deshacerme de ti.

Hoy has dicho mi nombre tras meses sin escucharlo, como si fuera una hermosa poesía o un salmo a un Dios ciego, sordo y mudo. Me he inclinado sobre ti, he besado tu frente húmeda y me he recostado a tu lado. A veces creo que sí me quisiste e imagino un mundo donde tú me hablas normalmente, sonríes como lo hacías en los viejos tiempos y me miras embelesado porque te parezco muy atractivo. Pero la fantasía acaba cuando comienzas a chillar si me acerco. He visto el miedo en tus ojos, el miedo que yo te provoco y que te paraliza.


Daniel... ¿algún día volveremos a estar juntos? Dime, amor mío, podrá acabar esto en algo menos trágico. Todos piden amores tan fuertes y cautivadores como el de Romeo y Julieta, pero no quiero un drama estilo Shakespeare. Yo no deseo ver mis manos manchadas con tu muerte y la mía. Por favor, dímelo. Estaré esperando siempre tu respuesta, siempre. Rogaré siempre a los cielos y los infiernos, allá donde puedan darme alguna esperanza, de ver esa chispa de vida en tus ojos y el deseo nacer de tu alma. Necesito tanto un abrazo tuyo, una simple caricia, así como el eco de tu voz y el aroma de tu colonia mezclada con la nicotina. Me acostumbré a tenerte y jamás aceptaré que te he perdido.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt