Aquí Arion dedicándole unas palabras a Petronia. Bueno, sabemos todo cuánto la quiere... es normal.
Lestat de Lioncourt
Los años pasan como si no tuviesen
importancia. Se acumulan uno tras otro en un rincón, desaprovechados
por completo, y sin remedio. No se pueden usar de nuevo, tampoco
revivir más allá de unos instantes en los cuales sientes su pesado
abrazo. Son artículos preciados para todos, pero sólo cuando se
está acabando. La vida es un suspiro muy corto, tan corto que a
veces se vive sin haber llegado siquiera a vivir más de unos pocos
momentos buenos. Hay vidas miserables, pero también hay vidas
increíbles o soporíferas pero encantadoras. Los cuentos de hadas no
existen, aunque ayudan a muchos a sobrevivir a base de sus historias.
Los libros acompañan al hombre, igual que la música y otras artes.
Hacen que la vida sea deseable, cómica o simplemente tenga una banda
sonora a la espalda.
He vivido muchos años. Soy uno de los
seres más longevos del mundo. He visto con mis ojos oscuros los
mundos cambiar, los países destruirse mutuamente, y la miseria
avanzar más allá de las líneas enemigas. El serpentear de las
bombas antes de caer, el llanto, la tierra temblando, la lluvia
tintineando en el cristal antes de una gran tragedia, el repicar de
campanas el día de difuntos y los gritos más terribles en un
paritorio cuando se sabe que el niño que traes sufrirá. Todo ese
dolor se puede acumular en un lado, pues lo importante es aquello que
he vivido. He visto noches cargadas de estrellas, románticos paseos
de la mano, mares cubiertos de olas que lamían las heridas de la
tierra, tesoros perdidos recuperados de nuevo, la aparición de
nuevos territorios y nuevas especies. Pero sobre todo, la he visto a
ella. He visto a la mujer con la que vivo día tras día, fecha tras
fecha, sin cambiar ni un ápice.
Ella no tiene un carácter fácil. Su
aspecto a veces confunde. Su sensibilidad queda oculta en un muro de
hormigón muy grueso, el mismo que usa de máscara. Sinceramente, es
terrible ver como no permite que vean su dolor y conozcan su
historia. Ella es alguien más que un simple borrón en la vida de un
joven señorito de campo. Petronia es firme y terca. Jamás he visto
una mujer tan fuerte como ella. Creo que tuve mucha suerte de
encontrarme con un ser tan valioso. Por eso le enseñé el oficio de
orfebre. Deseaba que contemplase las gemas y el poder que estas
tenían, fuesen del valor que fuesen, porque era una metáfora de sí
misma. Bajo la superficie que todos ven puede existir una obra de
arte, y ella es mi mejor obra. Protegeré su felicidad aunque sea lo
último que haga.
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