Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

viernes, 19 de septiembre de 2014

Querida brujita, amada arpía

Quise hacer mi mayor esfuerzo, convertirte en mi logro personal, pero fallé. Fallé en todo. He sido descortés, estúpido e impaciente. Seguramente siempre seré incapaz de reaccionar cuando alguien espera lo mejor de mí. Yo aprendí a golpes desde que era un niño, tratado como un bastardo en el castillo de mi padre y he sentido el aullido del lobo demasiado cerca. La muerte me rondó desde edad temprana, el dolor atenazó mi corazón y la rabia invadió todo. Vi esa rabia en ti y la desesperación. Siempre he tenido el don de reconocer un alma atormentada, porque yo también lo soy. Jamás he dejado de ser un muchacho atormentado. Me he convertido en la viva imagen del sufrimiento, de la desesperación, cuando he visto mis sueños convertirse en humo o papel mojado.

He hecho muchas promesas que no he podido cumplir. Tal vez lo haga porque me creo lo suficientemente listo para bajar la luna con mis propias manos, pero no soy más que un soñador que se queda rozando el aire imaginando que la posee. Acepto que lo soy. Jamás he dicho que no lo sea. Nunca me he permitido el lujo de mentir en ese aspecto. Sin embargo, tú esperabas un héroe de brillante armadura luchando contra dragones y sólo tuviste a éste enclenque que no supo apreciar tu esfuerzo. Por favor, lee atentamente mis palabras y no arrugues el papel. No quiero que me dejes con las palabras en la punta de los dedos, muriendo en cada trazo que marca mi pluma. Mírame, estoy desarmado y sin otra oportunidad.

El sonido de tus tacones por mi apartamento aún es nítido. Puedo escuchar con viveza tus últimas lágrimas. No sé si has sido sincera, si lloras por esto o por cualquier otra cosa, pero te prometo que yo sí lo estoy siendo. Me gustaría abrazarte como un padre y besar tu frente como un Dios protector, pero no soy más que el idiota de siempre luchando contra sí mismo. Mi orgullo es demasiado grueso, tiene muchas capas, y tú has penetrado en ellas llegando a mi corazón. Te juro que es cierto. Yo te amo y aprecio cada palabra que me dices, me haces temblar de rabia y también de emoción. Eres mi hija. Para siempre vas a ser parte de mí quieras o no. ¿Qué puedo decirte? Me desgarra el alma, me hace temblar de pies a cabeza, cuando te miro. Veo mis errores, pero también mis virtudes.

Por favor, perdóname por todos los fallos. No he hecho al mejor de los vampiros, pero sí sé que eres una de las mujeres más tenaces que hay en la faz de la tierra. Eres sensual, provocadora y evidentemente, ya que lo has demostrado en miles de ocasiones, demasiado lista para dejarte engañar por quimeras o sueños demasiado imposibles. Eres lo que se dice una perfecta arma de combate, una bomba de relojería, que camina con unos elegantes tacones y un traje minúsculo. Tan bajita, tan menuda, tan hermosa y tan libre. ¡Has aprendido a volar antes que a caminar! Y yo deseaba estar ahí. Quizás es cierto que sólo estoy frustrado, enamorado de una mujer que no puede ser mía y que tú, mi hermosa niña, eres capaz de amarme. Pero, mírame, soy el príncipe de los vampiros y el rey de los idiotas. Lo acepto. Si bien, en el corazón no se juzga si hay amor posible o no, sólo el sentimiento. Yo sé que él te hará feliz, también sé que yo te amo a mi modo. Discúlpame por no saber apreciarte y darte lo mejor de mí, pero tienes mis brazos siempre abiertos. No importa cuándo o dónde estés, allí iré si me buscas.

Tu padre, amigo y compañero de guerras sin cuartel,

Lestat de Lioncourt  


----

Dedicado a Mona Mayfair... para que luego digas que el "jefe" no te quiere. Te quiero, imbécil. ¿No lo ves? Te quiero. Todo padre quiere a sus hijos. No soy un insensible. 

No hay comentarios:

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt