Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

sábado, 18 de octubre de 2014

Brinda conmigo

Nicolas de Lenfent y sus cartas extrañas... Creo que fue antes que le amputaran las manos. Aunque después también hizo diferentes obras cuando se las devolvió Armand.

Lestat de Lioncourt


Me arrancaría el corazón, pero soy incapaz. La locura me invade. Creo que ya está en cada una de mis venas, cruzando todo mi cuerpo y convirtiéndose en una tela de araña pegajosa, imposible de eliminar y olvidar. Puedo sentir su cálido aliento en mi nuca. Sus manos acarician delicadamente mi piel, el murmullo de su voz se instala en mi cabeza y quiero gritar. Sólo me consuela las múltiples partituras manchadas con sudor y tinta, los folios revueltos de mi escritorio donde narro incansablemente las diferentes obras y el violín. Sí, el violín. Él me calma. Él me hace olvidar. La sed es terrible, triste, agónica, insaciable y asombrosa. Me siento vivo cuando agarro a una de mis víctimas, clavando mis garras y colmillos, para drenar su alma a través de la roja, purificadora y gloriosa, sangre que calienta mi piel y le da un aspecto sonrosado, como el de un ángel, mientras me precipito a los infiernos.

¡Soy un demonio! ¡Me arrancaría las alas si tuviera! ¡Y el corazón si aún latiera!

Deseo volver a verlo. Tener frente a mi a mi desdichado creador. Él sabía que éste páramo oscuro, con ese ave inmortal graznando, sería terrible para mí. Un páramo baldío lleno de voces que suenan aquí y allá. No puedo dejar de pensar. No puedo dejar de sentir. No puedo dejar de beber. Él lo sabía. Él sabía todo y no me detuvo. Yo quería el poder, pero el poder sin conocimiento es nada. No puedo controlarlo. Necesito la música para calmar mi nerviosismo y mi corazón herido. Debió ofrecerme mayor consuelo, un abrazo inmortal mucho antes que ese engendro me tocara. ¿Ahora qué soy? Soy un enajenado que cuenta historias sobre la muerte, bailarinas delicadas como crisálidas y pozos llenos de oscuridad.


¡El misterio de la vida lo lleva impreso el demonio en su torso! ¡Él me mira y me señala su corazón!


¿Y yo? ¿Tengo corazón? ¿Ese terrible ser se llevará mi alma? ¿O ya la tiene cautiva? Sí, la tiene. Vendí mi alma hace mucho por un violín. La vendí. Ofrecí todo por ser libre. Quería liberarme y terminé atado. Un demonio mucho más terrible que un vampiro y su sed. Todos moriremos, pensé, no me importará sentir su aliento, creí, pero ahora estoy aquí, con él, y deseo huir. ¡Quiero la muerte! Y a la vez, como no, ansío la vida eterna y para ello debo vestir de rojo mis labios con la sangre de una nueva víctima.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt