Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

sábado, 29 de noviembre de 2014

Historia de amor

Tarquin quiso relatar lo que sentía por ella. Un breve resumen de su historia. Ay, hermanito... 

Lestat de Lioncourt 


Cientos de jóvenes desean tener un amor similar a la trágica historia de Romeo y Julieta. Si bien, olvidan que ambos terminaron muertos y tan sólo duró tres días. Siempre aspiré a encontrar a otro ser humano con el cual compartir mis inquietudes, mi soledad y los recuerdos que se amontonaban en un rincón de mi habitación. Nunca estuve solo. Estaba maldito por la presencia fantasmagórica de mi hermano gemelo fallecido. Mi infancia fue lúgubre, dificultosa y terrible. Tenía que aceptar, desde temprana edad, que mi madre me detestaba y que prefería verme muerto. Encajé la pérdida de seres amados con cierta entereza. Tuve que soportar el terrible pasado familiar que arrastrábamos, el cual se iba vislumbrando paso a paso, mientras jugaba a ser adulto.

El primer día que fui realmente feliz fue cuando la conocí. Me impactó su belleza. Tenía el cabello similar a las llamas de una fogata, sus labios eran carnosos y sensuales, sus curvas eran sinuosas, aunque aún no estaban perfectamente marcadas, y era una delicia cuando hablaba. ¿Enamorado? Creo que quedé impactado. Nunca antes sentí algo como aquello. Mi corazón palpitaba con fuerza y me sentía mareado. Creo que la sensación era de haberme montado en una montaña rusa.

Los días siguientes juré y perjuré, bramé a los cuatro vientos, y pataleé mi amor por ella. Quería tenerla en mi lecho, regalándole caricias tan castas como meros besos en las mejillas, para sentirme completo. Por eso su enfermedad, el deterioro de su vida, y finalmente su próxima muerte me arrancó cualquier esperanza. Durante su proceso estuve fuera, pero pendiente a cualquier leve mejoría, pequeña dificultad o notificación de parte de ella o su familia. Para mí se convirtió en un rayo de esperanza saber que seguía viva. Pero algo trágico ocurrió.

Cuando me convertí en lo que soy, y siempre seré, me vi arrastrado a un mundo de mentiras, tinieblas y poderes que nunca deseé. Me convirtieron en vampiro en contra de mi voluntad. Tuve que aceptar mi condición y saber que jamás volvería a ser el muchacho sentimental, torpe y necesitado de afecto que siempre había sido. Me convertí en una bestia sedienta de sangre capaz de matar a una mujer el día de su boda.

Derramé miles de lágrimas color rubí. Lágrimas por ella, por mi condena y por la muerte que caía derramándose a cuenta gotas. Era incapaz de visitarla. Temía que me odiase y revelase a todos mi verdad. Me sentía condenado. El miedo anquilosaba mi cuerpo. La vida se escapaba de mis manos. Rápidamente me sentí perdido. Recurrí al único vampiro que podía poner remedio al castigo de mi hermano, que aún me perseguía, y darme consejo sobre mi gran amor. Él logró liberarme en todos los sentidos, para luego entregar a mi gran amor, la mujer con la cual quería casarme, como compañera eterna.

Ella me ha dado la felicidad. Sólo necesito notar su mano apretando la mía para saber que todo irá bien. Ha alejado mis demonios, la terrible sensación de caer al precipicio, la soledad, el dolor y el odio. Me ha ofrecido los besos más candentes, pero también los más dulces.


Muchos desean tener una historia como Romeo y Julieta. Yo me conformo con sostener a Mona entre mis brazos. Ella es el mejor motivo para continuar el demencial recorrido entre las sombras, la sangre y la eternidad.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt