Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

lunes, 10 de noviembre de 2014

Sueños de hielo

Ashlar y yo no nos conocimos. Él estaba congelado ya. No fue agradable ver a ese gigante de buen corazón convertido en un trozo de hielo. Sus hijos lo lloraron. Su esposa yacía a su lado, en el mismo estado de sueño gélido, y todos guardamos cierto silencio por respeto. Esta es su voz. 


Lestat de Lioncourt 



El tiempo se paró. Las agujas quedaron fijas en una hora, sumergidas en la frialdad de una fecha y arrinconadas por siempre en un pasado que parecía ser un paraíso. La verdad quedó cubierta de escarcha, congelándose en lo más profundo de nuestros corazones, mientras nuestras manos se entrelazaban por última vez.

La verdad quedó sellada en nuestros labios, convertida en un sueño eterno que parecía desvanecerse, mientras el nuevo amanecer surgía bañando las doradas playas de nuestra isla tropical. Morir congelados en medio del paraíso, de un lugar donde debería ser el oasis prometido, es un símbolo de la derrota de nuestra especie. Sin duda, no me equivocaba al pensar que estábamos condenados.

No habrá más canciones surgiendo en rápidos lamentos, ni leche derramándose sobre nosotros, tampoco el sonido del tambor golpeará con ritmo mientras las leyendas se alzan. El círculo quedará roto. Las piedras perderán su poder. No habrá verdes mares de hierba fresca. Nada será igual.

El frío dejó escarcha sobre nuestra piel sonrosada. Mis largos cabellos negros, teñidos de espesas canas, no volverán a ser acariciados por tus largos dedos. Quedaremos por siempre unidos como Romeo y Julieta. Seremos un canto alegre y amargo para los amantes de las historias de Shakespeare. El rey y la reina del Pueblo Secreto se quedaron sin aliento, sin fuerzas... sin vida.

No esperaba que alguien llorara nuestra muerte, pero aún nos recuerdan. Somos los frágiles gigantes en busca del calor bondadoso de un sol extinto, de una bondad muerta, de la sangre envenenada que recorría nuestras venas hasta llegar al corazón. Moríamos. No importaba si quedábamos congelados. Íbamos a morir a manos de nuestros hijos.

Aún así no me arrepiento de nada. Por terrible que haya sido nuestro recorrido. No me arrepiento del amor que te he tenido. No. No me arrepiento de haber conocido de nuevo la dicha de ser amado. Aunque la pesadilla vino con sus alas oscuras, graznando las malas noticias, secuestrando así la dicha, breve y amarga, acepto que fueron los días más dorados de mi existencia. Volvería a ofrecer la soledad de tantos siglos a cambio de un nuevo beso de tus labios.



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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt