Arjun nos relata algo importante. Creo que esto no lo sabíamos.
Lestat de Lioncourt
Ella se convirtió en lo único bueno
que había en mi vida. Su compañía era sin duda un estímulo a mis
pensamientos. Había vivido desde la cuna las atenciones y
privilegios de un hombre de alta posición. Caminaba sobre pétalos
de rosas lanzadas a mis pies, era alabado por cada palabra que
pronunciaba y que nadie escuchaba realmente. Pasaba las horas muertas
en una gigantesca biblioteca con cientos de libros apilados,
conquistados lentamente por el pasar de mis dedos, que memorizaba
como única posibilidad para no volverme loco. Mis hermanos ya se
habían comprometido y casado, muchas de mis hermanas ya estaban
expuestas como hermosas flores para ser tomadas, y yo esperaba que
mis padres terminaran de acordar un matrimonio que parecía no querer
concederse. Tenía que casarme, era el heredero, y no podía poder
ser con cualquiera. Buscaron una mujer que fuese de familia fértil,
acaudalada y hermosa. Una mujer que alabaría mis palabras, halagaría
mis acciones y me diría te amo falsamente cada noche en mi cama.
Me sentía vacío.
Siempre he soñado despierto. Esperaba
que así fuese por siempre. Los espíritus que me rodeaban, con
cariño y curiosidad, me ofrecían cierto consuelo. Sin embargo, no
era lo que yo necesitaba. Nada en mi vida sería posiblemente lo que
yo necesitaba. Pues deseaba viajar, recorrer el mundo, leer nuevos
libros, contemplar nuevos rostros que no supieran quien soy y ganarme
el respeto por quien era, no por lo que tenía o dejase de tener. Los
rubíes, diamantes y esmeraldas no valían nada si no tenía a
alguien cuyo corazón fuese realmente de oro.
Ella llegó una noche. Caminaba por los
jardines del palacio cuando vi. Pensé que era una ilusión, pero no
fue así. Apareció como una rosa de sangre, parecía abrirse en
mitad de la noche con una fragancia distinta. Me atrapó. La fiesta
que celebraban en mi nombre quedó atrás, en el olvido, y yo penetré
en la profundidad de aquel jardín buscando comprender que era esa
maravillosa criatura. Sonreí fascinado porque jamás había visto a
una mujer con tanta fuerza en la mirada. No era sierva más que de sí
misma. Realmente caí enamorado.
Soy consciente que después de
convertirme ella me temió. Temió mi poder, pero no era un poder
violento. Era mi poder de palabra, amor y necesidad. Tenía una
imperiosa necesidad de cuidarla y cultivarla con una pasión
desmedida. Jamás tuve celos de su anterior compañero, su creador, y
decidí olvidarme de él para disfrutar de cada una de las noches.
Sin embargo, yo sabía que ella aún lo amaba. Mi amor, por fuerte y
puro que fuera, jamás sería igualado al amor y el respeto que ella
tenía hacia él. Sufría, es cierto, pero era feliz porque podía
contar con sus palabras, la cadencia de sus poemas y sus manos frías,
aunque suaves, acariciando mi piel algo más oscura que la suya.
Ella se convirtió en mi sueño.
Permanecí a su lado todo el tiempo que ella decidió. Después mi
vida se quedó vacía y decidí aislarme. Cuando dormía podía
sentirla, así que decidí aislarme por completo en un mundo onírico.
Ahora que ha vuelto a mí, tomando mis manos entre las suyas, puedo
decir que sueño despierto y acepto su compañía nuevamente. Sólo
quiero servirla pues es la única que, pese a su amor por Marius, me
ha amado y comprendido a su modo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario