Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Tu complicidad

Arjun nos relata algo importante. Creo que esto no lo sabíamos.

Lestat de Lioncourt


Ella se convirtió en lo único bueno que había en mi vida. Su compañía era sin duda un estímulo a mis pensamientos. Había vivido desde la cuna las atenciones y privilegios de un hombre de alta posición. Caminaba sobre pétalos de rosas lanzadas a mis pies, era alabado por cada palabra que pronunciaba y que nadie escuchaba realmente. Pasaba las horas muertas en una gigantesca biblioteca con cientos de libros apilados, conquistados lentamente por el pasar de mis dedos, que memorizaba como única posibilidad para no volverme loco. Mis hermanos ya se habían comprometido y casado, muchas de mis hermanas ya estaban expuestas como hermosas flores para ser tomadas, y yo esperaba que mis padres terminaran de acordar un matrimonio que parecía no querer concederse. Tenía que casarme, era el heredero, y no podía poder ser con cualquiera. Buscaron una mujer que fuese de familia fértil, acaudalada y hermosa. Una mujer que alabaría mis palabras, halagaría mis acciones y me diría te amo falsamente cada noche en mi cama.

Me sentía vacío.

Siempre he soñado despierto. Esperaba que así fuese por siempre. Los espíritus que me rodeaban, con cariño y curiosidad, me ofrecían cierto consuelo. Sin embargo, no era lo que yo necesitaba. Nada en mi vida sería posiblemente lo que yo necesitaba. Pues deseaba viajar, recorrer el mundo, leer nuevos libros, contemplar nuevos rostros que no supieran quien soy y ganarme el respeto por quien era, no por lo que tenía o dejase de tener. Los rubíes, diamantes y esmeraldas no valían nada si no tenía a alguien cuyo corazón fuese realmente de oro.

Ella llegó una noche. Caminaba por los jardines del palacio cuando vi. Pensé que era una ilusión, pero no fue así. Apareció como una rosa de sangre, parecía abrirse en mitad de la noche con una fragancia distinta. Me atrapó. La fiesta que celebraban en mi nombre quedó atrás, en el olvido, y yo penetré en la profundidad de aquel jardín buscando comprender que era esa maravillosa criatura. Sonreí fascinado porque jamás había visto a una mujer con tanta fuerza en la mirada. No era sierva más que de sí misma. Realmente caí enamorado.

Soy consciente que después de convertirme ella me temió. Temió mi poder, pero no era un poder violento. Era mi poder de palabra, amor y necesidad. Tenía una imperiosa necesidad de cuidarla y cultivarla con una pasión desmedida. Jamás tuve celos de su anterior compañero, su creador, y decidí olvidarme de él para disfrutar de cada una de las noches. Sin embargo, yo sabía que ella aún lo amaba. Mi amor, por fuerte y puro que fuera, jamás sería igualado al amor y el respeto que ella tenía hacia él. Sufría, es cierto, pero era feliz porque podía contar con sus palabras, la cadencia de sus poemas y sus manos frías, aunque suaves, acariciando mi piel algo más oscura que la suya.


Ella se convirtió en mi sueño. Permanecí a su lado todo el tiempo que ella decidió. Después mi vida se quedó vacía y decidí aislarme. Cuando dormía podía sentirla, así que decidí aislarme por completo en un mundo onírico. Ahora que ha vuelto a mí, tomando mis manos entre las suyas, puedo decir que sueño despierto y acepto su compañía nuevamente. Sólo quiero servirla pues es la única que, pese a su amor por Marius, me ha amado y comprendido a su modo.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt