Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

jueves, 15 de enero de 2015

Las mujeres como nosotras

Maharet le dedica esta última sentida carta a Pandora. ¡Estas mujeres sí que son mujeres y no eso que sale en Crepúsmierda!

Lestat de Lioncourt


La conocí en un momento extraño y difícil, pero ella comprendió exactamente a que me refería cuando hablaba de salvar el mundo, no nuestro mundo. El mundo estaba en peligro debido a los sueños de grandeza de Akasha. La Reina había despertado convirtiendo nuestras vidas en miserables y angustiosas. Miles de jóvenes morían a lo largo y ancho del planeta. Cientos desconocían siquiera lo que ocurría a su alrededor, otros la veían llegar como si fuera un ángel para arrancarles la vida.

Pandora me pareció una mujer racional y correcta. Una de esas mujeres que deseas escuchar y observar. Realmente aprendí de ella en aquellas horas, igual que de todos los que nos rodeaban. Sin embargo, no dejo de preguntarme cuales fueron realmente sus emociones en los instantes finales de la Reina Caída.

Recuerdo sus ojos oscuros, muy profundos y enormes, que me miraban con impaciencia. Lo que ocurría lo había visto en sueños, aunque no eran del todo acertados. Muchos allí habían soñado con aquellos salvajes actos. Todos sabían cual era el peligro. La alarma era general. Eric prácticamente temblaba en un rincón, pero ella se mantenía firme. Tanto ella como Gabrielle demostraron que ser mujer no es ser débil, ni estúpida y ni mucho menos personas atadas a un lugar. Las tres habíamos recorrido el mundo sin rumbo alguno, buscando quizás la verdad y la paz con nosotras mismas.

Ella me pareció brillante. Sin embargo, jamás mantuve un contacto seguido y directo. Sabía que seguía viva y que su vida era valiosa. No sólo lo era para Marius, sino para todos nosotros. Ella era una auténtica caja que conservaba una verdad innegable. David supo arrancar algunos preciados recuerdos, poniéndolos al servicio de todos y ofreciéndole cierta libertad a su historia. Leí con cautela sus memorias y descubrí a una mujer muy similar a mí. Me sentí orgullosa de haber compartido con ella algunos instantes, pues luchar codo con codo con vampiros como aquellos es todo un honor. Siempre quise acercarme a los más fuertes, observarlos con admiración y respeto, para luego continuar mi camino.

Me hubiese gustado hablar una vez más con ella... una última vez... Quizás debí alertarla. Sé que ella lo sentía. Pudo sentirlo en su propio ser. Lo hizo como aquella vez. Pandora, cuídate. Pandora, lucha.



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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt