Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

jueves, 8 de enero de 2015

Orgullo

Hacer sentir orgullos a quienes amamos es algo que todos deseamos. Benji desea que se sienta orgulloso Armand y lo comprendo.

Lestat de Lioncourt


Todos a mi alrededor parecían tener algo especial, menos yo. Me encontraba perdido en un mar de libros y en una angustia constante por conocer lo que podía hallar a mi alrededor. Quería encontrar un lugar al cual pertenecer, mucho más allá de unos brazos amorosos y unos besos llenos de cariño. Había logrado tener lo que popularmente se llama hogar, una familia peculiar y miles de noches a mi disposición para sentirme acogido en su seno. Sin embargo, todo lo que creía se volvió turbio y mi inteligencia pedía algo más que la responsabilidad de portarme decentemente.

Conocía en secreto los sueños de Armand. Él deseaba verme como un universitario de éxito. Veía en mi a un hombre que no llegaría ya a conquistar el mundo, pero deseaba demostrarle que la sangre no me cambió. Nada cambió en mí. Hizo que mi agudeza aumentara y aún podía ser ese hombre que él había soñado. Un hombre que no dañaría su corazón, que acariciaría su juvenil rostro y besaría sus labios con cuidado.

Muchos le temen, otros le odian y miles dicen amarle. Sin embargo, todos decepcionan su corazón. He visto en sus ojos miles de lágrimas que no ha derramado. Es alguien muy complejo. No es un ser común. La vida le ha dado duras lecciones y las ha tomado con odio. Sé que tiene grandes recelos, guarda en sí secretos terribles que no ha confesado y reza porque nadie los encuentre jamás en el baúl del olvido.

Cuando me siento a su lado observo sus manos, tan pequeñas y finas como las mías. Tiene una pose desenfadada frente al televisor mientras emiten sus películas favoritas. Muchas veces ha dicho que ama la tecnología porque le hace comprender al hombre moderno. Por eso mismo yo hice mi radio. Quería que él me escuchara a través de Internet.

—Benji—me llamó apartando su vista del canal de noticias—. He estado escuchando tu programa—esbozó una sonrisa dulce que pocas veces he visto. Era una sonrisa de orgullo. Sybelle tocaba en el piano una melodía muy animada, distinta a la que solía hacer. Ambos parecían celebrar mi logro—. Amor mío, cariño, tienes un talento innato para narrar tus sentimientos. Eso es lo que me hizo amarte. Esa fuerza—dijo abriendo sus brazos que enseguida acepté. Un abrazo firme y fuerte. Una merecida recompensa.


Besó mis mejillas, mis labios y mis manos de un modo cuidadoso. Después me arropó con la manta que cubría sus piernas y me susurró al oído palabras llenas de amor. Sabía que para siempre sería parte de su corazón, un corazón maltrecho pero que aún bombeaba buenos sentimientos. Armand sólo era un incomprendido y yo deseaba comprenderlo. Siempre lo he deseado. Y a veces, sólo a veces, creo que le comprendo del todo.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt