Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

viernes, 6 de febrero de 2015

Cuiden al Pueblo Secreto

"Cuiden al Pueblo Secreto." Eso era todo lo que él deseaba, pues ese pueblo eran sus hijos. Ashlar me fascina, aunque no lo conocí con vida.

Lestat de Lioncourt


Frío. Tanto frío en mi cuerpo como en mi corazón. Congelados por siempre. Aquel momento fue terrible. Ella vino a mis brazos moribundos. La tomé con cuidado y besé su frente. Sabíamos nuestro destino y teníamos cierta esperanza. Habíamos huido, ocultándonos de todo y todos, para vivir en paz; sin embargo, la paz es como un terrón de azúcar derritiéndose lentamente en una taza de té.

Recuerdo sus enormes ojos verdes llenos de sueños, esperanzas y metas. Aquellas diminutas pecas salpicaban su nariz y mejillas. Tenía un aspecto dulce, casi inocente, que me enloquecía. Besé su piel de leche hasta casi beberla. La tomé entre mis brazos y rogué por ella. Era mi amor, mi último gran amor. La chica del cabello de fuego, ojos de jardín de las delicias y piel de nieve. Ella era la bella durmiente de mi alcoba y la reina para nuestro pueblo.

Secretos. Susurran los secretos. Se dispersan en el aire y los pétalos de flores caen. Estamos muertos. Tan muertos como el futuro de nuestro viejo pueblo. Mis cabellos negros, con ciertos hilos blancos, son prueba evidente de mi longevidad. Pero ella era una niña. Todavía aprendía a caminar. Era tan sólo una niña que quería ver las estrellas, tocarlas con las puntas de los dedos y bailar frente a las cálidas aguas del Caribe.

La vida se escapaba entre nuestros dedos. Nuestros corazones se paraban. El último adiós. Un último beso. La despedida más tierna y dolorosa. Te ibas, me iba, nos íbamos y al fin el mundo quedaba más oscuro. Los enfrentamientos, la codicia, el ser humano, la pólvora y el dolor. Agitándonos como ramas al viento, sufriendo al fin las consecuencias de un amor fugaz y dejando que el fuego se apagara gracias a la muerte. Y aún así, pese a estar muertos, sigo recordándote y tomándote entre mis brazos como en ese instante. Seguimos aquí, esperándolos, para que puedan despedirse de nosotros como nosotros nos despedimos de ellos.


Nuestras almas irán al valle, allí cantaremos y bailaremos. Nuestro corazón siempre estará con ellos, con nuestros descendientes vivos. Cuiden al Pueblo Secreto.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt