Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

domingo, 8 de febrero de 2015

Vampiros

Nash ha decidido rescatar la influencia del cine, la televisión y otros vampiros que están colándose en nuestras vidas. ¿Por qué? Los vampiros no brillamos ni hacemos guerrilla...

Lestat de Lioncourt


Hijos de la oscuridad, eso son. Seres capaces de cualquier cosa por saciar sus delirios de sangre. Señalados por ciertos rasgos comunes, cargando el dolor de sus almas maltrechas y aceptando, dentro de lo posible, una maldición que les prohíbe morir a cambio de la vida de otros. Beben sangre, pues en la sangre está vida y parte del alma de la persona que fallece en sus brazos. No importa donde vayas, pues allí están. Ellos son pacientes, esperan con cuidado y saltan sobre ti deseando hundir sus colmillos en tu cuello.

Al menos, así era.

La moda actual de crear a los vampiros como seres románticos, desde el punto de vista cursi, o héroes, más similares a los de Marvel que a cualquier guerrero común, está provocando que los más afines a este tipo de seres se alcen en contra de estos atropellos.

El vampiro como príncipe, u hombre acaudalado, de porte seductora y ciertos rasgos atractivos comenzó en el Romanticismo. En esta época cultural empezó a bullir la idea de los vampiros como aristócratas que amasaban fama y fortuna gracias a sus víctimas, así como a las inversiones generadas durante su vida. Inversiones monetarias y contactos, que eran prácticamente pactos, con hombres y mujeres de todo tipo. Es la época en la cual estalla la fama mundial de estas criaturas. El terror se apodera de los mortales. La vida nocturna no es la misma. Cuando hay desaparecidos comienzan a especularse extrañas historias, sobre todo si el cuerpo no aparece.

Sin embargo, no es hasta las fechas actuales que las novelas no han mostrado a los vampiros de forma apetecible, incluso ostentosa, para el público en general. Louis decidió dar voz y veracidad a muchas historias que se narraban, derrumbó ciertos mitos y ofreció su visión del mundo. Más tarde, como todos saben, comenzó a hacerlo Lestat y otros inmortales. Son muchos los que decidieron decir lo que sentían, contar sus vidas y narrar sus miserias. Pero esto no quedó aquí.

El afán de heroísmo de Lestat, de desvelar misterios, y ventilar secretos no ha hecho sino alentar a otros a creer que es posible cualquier cosa. Y no. No es posible. No es factible. Una cosa es ser un héroe oscuro, temerario, caprichoso y con cierta suerte. Otra, muy distinta, es cambiar el libro de Drácula y convertirlo en un héroe de comic. Los clásicos hay que respetarlos, aunque los héroes entre los vampiros los haya impuesto el príncipe de todos ellos.

Muchos se han sentido enamorados, casi extasiados, por la belleza seductora de la inmortalidad. Tal es así que han creado historias patéticas llenas de romanticismo absurdo y barato. Bodas, hijos, pactos de amor similares a la trágica historia de Romeo y Julieta, añadiendo lobos y circunstancias de lo más absurdas. Está bien quizás esa literatura para un público juvenil, pero no muestra realmente lo que es un vampiro. Llamar vampiros a Cullen y los suyos es una ofensa. Son novelas baratas para que las jovencitas suspiren, así como para las mujeres adultas que no han logrado una vida soñada con el supuesto amor de su vida.

Se ha vinculado también los vampiros con la música. Lestat no ha sido el único, pero sí uno de los primeros prototipos de vampiros con afición a los micrófonos, el escenario y las ovaciones del público. Él cantaba a todos las miserias, crueldades y misterios de los vampiros. Pedía incansablemente a Akasha una prueba, una verdad, que él desconocía. El teatro de los vampiros, ese que tanto dio que hablar y que tuvo la influencia de Nicolas, se vio reproducido en una famosa serie estadounidense llamada Penny Dreadful. Una serie de vinculaciones, de monstruos y estrategias, se mueve por la época victoriana y tiene como desenlace, su primera temporada emitida, en un teatro infectado por vampiros.


El ser humano ha querido conocer la verdad de los vampiros, tiene sus propios mitos y difieren según la zona, pero os puedo asegurar que los actuales no son nada comparables con los que décadas atrás decidieron saltar a la fama, explicarles el dolor y matizar los hechos que la historia misma, la historia de todos, les hizo vivir. Seres que están siempre entre la delgada línea de la vida y la muerte. Mueren cada amanecer y vuelven a la vida cuando cae el sol. Seres que no brillan ni lideran ejércitos, sino que buscan su propia supervivencia.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt