Armand y Sybelle... Armand ama demasiado a Sybelle, pero es mutuo.
Lestat de Lioncourt
He aprendido en tus brazos el amor más
puro. A tu lado, amor mío, he conocido la senda más allá del
diablo. La música se alza, secuestra mi dolor y me hace sentir la
vida con fascinación. Pecado, eres pecado. Tus cabellos dorados,
bruñidos por el sol, caen en medio de la noche secuestrando la
belleza de la primavera. Tus mejillas están siempre rojas, son puro
candor, y tus carnosos labios son cerezos que aún están en flor. Te
he visto desnuda, como si fueras Venus salida del mar, caminando
sobre el suelo de mármol níveo. He contemplado tu adorable sonrisa,
la fascinación y magnetismo que ejerce el piano sobre ti, la verdad
de tus labios y la mentira de la sombra que aún te atormenta.
Te he amado desde que te conocí. Quise
cubrirte con mis alas inexistentes, y entonces deseé ser un arcángel
y no un villano. Deseé ser quien cuidara de tus heridas. Por ello te
salvé, como hubiese deseado que salvaran mi alma, y renuncié al
dolor. Por una vez la felicidad fue rotunda.
Jamás he dejado de amarte. Nunca podré
hacerlo. Mantengo la esperanza de permanecer a tu lado hasta el final
de mis días. La eternidad muestra apetecible frente a mis cansados
ojos pardos, extremadamente fascinante, si ocurre mientras tú rodeas
mi cuello con tus brazos de piel de leche. Porque tus brazos no son
cadenas, ni cuerdas, ni lazos... son las alas que me faltaban.
Provocas que vuelva a creer en la bondad y el amor. Logras que
consiga volar más allá de este mundo.
Te amo Sybelle.
Armand
No hay comentarios:
Publicar un comentario