Lestat de Lioncourt
Podemos convertirnos en monstruos,
más allá de la oscuridad que nos
rodea.
Podemos combatir contra nosotros,
nuestros sueños, pecados e ideas.
Hemos aprendido a levantar la espada,
pero aún nos cuesta alzar la palabra.
La sangre bulle bajo la piel,
encerrada.
Pues en ella habita el mal.
Mírame una vez más, por favor...
Deja que arranque de tu discurso el
sinsabor.
Ese sentimiento tan amargado y doliente
en el que me dice que me mientes.
Deshaz tu camino. Busca mi mano.
Nos hallaremos donde los árboles.
Volveremos a ser hijos, amantes,
hermanos...
No te demores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario