Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

miércoles, 1 de abril de 2015

Mi Dios

Armand y sus creencias... Marius se convirtió en su Dios. 

Lestat de Lioncourt 


Aún recuerdo el olor de las pinturas. Puedo sentir como invaden mis pulmones y noto que todo mi alrededor cambia. Tengo el frío en mis dedos, el corazón palpita rápido y la voz tosca, e imponente, de mi padre surge con la verborrea típica de un alcohólico. Noto los besos de mi madre en mis mejillas, pero sobre todo el deseo de encomendarme a Dios y ofrecerle mi mejor tributo. Tenía una fe incorruptible que no se desvaneció ni en los momentos más duros.

Dejé atrás la nieve, el calor del fuego hogareño y el canto de los monjes. Lo dejé atrás a lomos de un caballo, en los brazos de un desgraciado, y acabé en un barco siendo torturado durante semanas. Muchos hombres pecaban de ilusos conmigo, se sorprendían por mi aspecto y disfrutaban torturándome con su “amor”. Dios no acudía a mí. Mis rezos eran en vano.

Cuando perdí la cordura, así como olvidé por completo como comunicarme con el mundo, él apareció. Era rubio, alto, de ojos azules y piel clara. Sentí en él un poder extraño y recordé al Mesías. Él sería mi Maestro. Se convertiría en mi camino. Su voz curó mis heridas, así como el agua tibia de su bañera, haciéndome sentir protegido en los brazo de un Dios nuevo, oscuro y distinto.

Mi amor cubrió cualquier herida. Dejó una pátina de oro y sangre que envolvió mi juvenil cuerpo. Sus cabellos dorados, como el mismo sol, brillaban en la noche iluminando mi vida. Deseaba conquistar su corazón, que en ocasiones parecía duro e impenetrable, ofreciéndome entre besos y necesitadas caricias. Me convertí en esclavo de una nueva religión, pero acabé abandonado.


El infierno se desató y arrebató todo lo que era. Mis alas negras se convirtieron en terribles garras. El dolor se hizo fuerte en mi pecho. La herida se convirtió en un abismo. La felicidad jamás volvió a llamar a mis puertas y el cielo quedó alejado. Dejé de creer en la bondad. Aún siento el fuego bajo mis pies y esa terrible noche me persigue.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt