Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

sábado, 9 de mayo de 2015

Alimentando a la muerte

Los sentimientos de Lasher vuelven a nosotros, como si fuese un mensaje telepático. Un mensaje que se divulga con rapidez. 
Lestat de Lioncourt


El mundo parecía hermoso. Deseaba sentir la luz acariciando mi piel. Soñaba con pisar el pasto recién cortado. Imaginaba mis manos tocando la corteza de aquel viejo árbol, hundiendo mis dedos en la tierra removida del jardín donde yacían tantas plantas floridas en primavera, mientras el zumbido de los insectos rozaba mis oídos. Necesitaba saber que era la bondad y la piedad, así como los demás conceptos de un mundo que siempre me pareció intenso, mágico, único y lejano. Jamás pude pertenecer demasiado tiempo a la vida, pero ansiaba volver a saber de ella. Quería pertenecer al círculo. Ser de nuevo el cordero que había regresado al hogar. Era la oveja negra que soñaba ser blanca, comer en los extensos pastos de un valle perdido y retozar entre las piedras de un mundo que ya desapareció hace demasiado tiempo.

Me puse el traje de villano. Decidí dejar de ser la araña que urdía un entramado genético. Olvidé por un momento el amor y me dejé llevar por el egoísmo. Pues después de tantos siglos, de tantas lágrimas derramadas con la lluvia, quería adentrarme en la carne y la sangre que tanto ansiaba. Me dejé llevar por la impaciencia y la soberbia. Me creí mejor que ellos. Mi inocencia se volvió retorcida. Y por ello pagué un justo castigo. Ahora yazco entre los arbustos, justo donde siempre estuve de pie contemplando la verja, sintiendo la tierra removida sobre mi cuerpo y como la lluvia se filtra hasta empaparlo todo.

Vuelvo a ser el hombre del jardín. Alimento con mi aroma cada flor. Mi cuerpo se descompone bajo el árbol, entre sus raíces, acompañado de quien debió ser mi compañera. Abrazados ambos, como si fuéramos figuras de un pastel de bodas, nos acurrucamos en medio de la ceremonia de la muerte, los gusanos y el dolor. Sé que ella nos contempla. Sé que ella nos observa con dolor y amargura. Fuimos sus únicos frutos. Unos frutos terribles y grotescos para una madre que nunca sabrá que es mecer una cuna.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt