Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

domingo, 24 de mayo de 2015

La voz de la tribu - Emisión 1

Benjamín y David han unido fuerzas con Daniel y los músicos Sybelle y Antoine para lograr que la radio llegue a más personas, se ofrezca también transcrito y sea además interactiva. 

Lestat de Lioncourt 




El programa de radio comenzaría en tan sólo unos minutos. Algunos jóvenes vampiros ya estaban esperando las nuevas noticias y programación que atraparían su fervor. Querían escuchar a Benjamín. Él traía noticias nuevas y refrescantes, algunas muy necesarias para calmar el desasosiego aún reinante. Muchos esperaban con ansias las normas que aún no se habían dado a conocer, salvo algunas sesgadas que Lestat les había ofrecido como bálsamo para sus heridas más superfluas. Necesitaban oír una voz amiga junto a la música apasionada de Sybelle y Antoine, esos genios que escrutaban el alma de todos y cada uno de los oyentes hasta perder la consciencia. Sin embargo, no sólo los vampiros más jóvenes se hayan conectados a la radio vía Internet. Vampiros milenarios, y otros no tan antiguos, estaban atentos a las palabras del joven vampiro. Pero no se podía olvidar algo que hasta ese momento no se tenía en cuenta: la tribu no sólo la conforman vampiros.

Seres de todo tipo e índole intentaban contactar con Benjamín cada noche. Los espíritus se concentraban en prestar atención a las ondas de radio. Los seres extraños y milenarios, como los Taltos, se hallaban en New Orleans recluidos en el hospital donde trabajaban a las órdenes de los Mayfair. Los brujos Mayfair, así como los de otras familias y los pertenecientes a la antigua orden de La Talamasca, se hallaban pendientes de los diferentes titulares que dejaría la noche. Todos, sin matices, estaban al corriente de las ideas que se desarrollarían en el programa y de las diferentes llamadas telefónicas que se sucederían una tras otra.

En éste nuevo inicio de temporada de radio, tras un breve lapsus de tiempo para recuperar energías, Benjamín había propuesto a David Talbot que se sumara, junto a Daniel, a las distintas entrevistas que se realizarían noche tras noche y que se retransmitirían en diferido a cualquier hora del día. Daniel ofrecería algunas noticias que se colgarían en la web, pero los otros dos jóvenes vampiros ofrecerían un diálogo fluido. Serían intervenciones cada dos semanas y avanzarían información complementaria a los libros, recopilarían la memoria de los más antiguos y mostrarían un escenario menos oscuro a los más jóvenes.

David se había vestido como de costumbre. Tenía un elegante traje hecho a medida de color gris, aunque la chaqueta quedó en el respaldo del asiento permitiendo que su corbata, de un intenso granate, y su camisa blanca, planchada de forma pulcra en una tintorería cercana, se lucieran mucho mejor que ocultas tras la americana. Tenía sus revueltos cabellos negros bien peinados, con un poco de fijador, logrando que se viese un corte más limpio y elegante. Sus ojos oscuros repasaba las hojas que llevaba junto a él, como un pequeño guión de preguntas que deseaba realizar y algunas anotaciones que quería dejar a quienes estuviesen escuchando la emisión.
Benjamín, por su parte, estaba vestido con una camiseta sin mangas negra, igual que su sombrero de ala flexible, y con unos tejanos de vestir ligeramente ajustados. Parecía un muchachito y no un niño. Tenía el aspecto de un hombre adulto, aunque joven, con unos ojos muy llamativos por su color oscuro pese al brillo que poseían.

Daniel estaba al pendiente de las llamadas entrantes, aunque para él era mejor redactar únicamente las noticias que iban llegando y cotejar sus pensamientos hacia el mundo mortal. Pronto publicarían incluso una revista online y eso le emocionaba. Volvía a ser el hombre que una vez deseó llenar el mundo con información y opinión.

Sybelle y Antoine repasaban las partituras. Ambos vestían de blanco. Ella con un vestido blanco muy elegante, similar a las viejas vestimentas romanas que lucían mujeres como Pandora, y Antoine con una camisa blanca, con los puños de encaje, que le había regalado Armand, muy similar a la que poseía Louis, y unos pantalones de vestir. Ella estaba descalza, él también. El balcón que daba al estudio estaba abierto y la dulce brisa casi veraniega les alentaba. El pelirrojo se hallaba en otra planta, pendiente de la radio aunque también de sus diversas empresas. No quería interrumpir.

—Bienvenidos una noche más a mi radio, que es vuestra radio. Vosotros hacéis que nos mantengamos en contacto y eso nos hace fuertes. La unión hace la fuerza—dijo con una ligera sonrisa mientras ajustaba el micro y se acomodaba mejor en la silla de corte ejecutivo—. Como veníamos anunciado noches atrás empezaremos una nueva programación con nuevas intervenciones. David Talbot se ha unido al equipo y cada dos semanas traerá hasta el estudio entrevistas con los diversos inmortales que tan bien conocéis—la música de piano comenzó a sonar, casi al unísono con el violín—. Daniel aportará a la web sus opiniones, como ha ido haciendo esporádicamente. Los sábados tendréis intervenciones suyas sobre opiniones de diversa índole. También hablará sobre sus pensamientos, sus miedos y la superación de sus heridas—se tocó el sombrero haciendo un ligero gesto al otro inmortal, el antiguo periodista, que colaboraba desde la pequeña gavina de grabación—. Sin más, doy mi bienvenida a las ondas a David Talbot. Bienvenido, amigo.

—Buenas noches—dijo en tono suave—. Deseo agradecer a Benjamín ésta oportunidad de comunicarme con todos ustedes. La última vez fue a través de una llamada telefónica—recordó con una sutil sonrisa mientras se inclinaba hacia delante, quedando apoyado en la mesa y mirando directamente hacia donde se hallaban los músicos—. También deseo agradecer a mis compañeros. Tantos los que se están ocupando de las líneas telefónicas como aquellos que están aquí, junto a nosotros, tocando durante toda la noche—comentó—. Como bien ha dicho Benjamín hemos decidido realizar una serie de entrevistas a todos los compañeros mortales e inmortales. Tendremos intervenciones de todo tipo de seres. No sólo nos reuniremos con vampiros. Somos una tribu.

—Así es—dijo rápidamente Benjamín.

—Hoy hablaremos los dos. Creo que una entrevista mutua podrá ser lo mejor para romper el hielo de ésta situación tan novedosa para todos—explicó acomodando los papeles—. Pues poco sabéis de nosotros salvo que hemos sido creados por grandes vampiros, vivido una serie de aventuras y comprobado que juntos se puede lograr cualquier cosa—dijo—. La energía que poseemos puede inspirarnos y cambiar el mundo. Si unimos nuestra energía, nuestra fe, nuestra verdad y nuestras manos podemos construir las nuevas bases de una sociedad mucho más firme.

—¿Te parece bien si empezamos?—interrumpió Benji al comprobar que David hacía otra pausa y le buscaba con la mirada.

—Sí, estoy de acuerdo—respondió.

—Te hemos visto al lado de Lestat defendiéndolo, ayudándolo y aconsejándolo. Debe ser una tarea agotadora—dijo riéndose bajo—. ¿Cuáles de las aventuras que has vivido te ha sido más reveladora?

—Son muchas. Algunas no las he vivido con él. Sin embargo, la más reveladora fue ser lo que soy. Me dio una nueva oportunidad, aunque no quería aceptarla con aquel cuerpo achacoso que ya poseía. No quería ser una carga ni ver las arrugas en mi rostro de forma permanente—explicó con aquel tono agradable, casi dulce al oído, con un matiz de voz que un hombre joven no tendría. Su alma había moldeado aquel cuerpo y sus cuerdas vocales—. Si bien, me resulto un gran impacto conocer a Lestat. Fue algo extraordinario. Siempre había sido un hombre de acción, pero me acomodé. Cuando uno tiene una edad debe acomodarse o saber que en alguna de esas aventuras, el ir a ser investigador de campo, podría matarte. Además, era director de la orden. Ya no podía ser un alma libre—dijo echándose a reír—. Fue como un soplo de aire fresco. Aunque, supongo que para ti fue distinto. ¿No es así? La interrupción de Armand en tu vida significó la libertad de una forma distinta, pero la libertad al fin y al cabo.

—Sí—sus mejillas se ruborizaron un momento y luego sonrió confiado—. Había sido vendido a un hombre cruel, un monstruo peor que cualquiera de nosotros. No hace falta ser un inmortal para llamarse monstruo—explicó tras un ligero suspiro—. Estaba condenado a robar y mover droga. Hacía los favores y los asuntos de un criminal que no deseaba mancharse las manos. Mi único momento feliz era llegar a casa y encontrarme en brazos de Sybelle. Ella tocaba para sí misma, para no enloquecer, y para mí. La música era nuestra terapia—dijo mirándola desde aquella mesa, su pequeño rincón, mientras ella tocaba apasionada una de las piezas que Antoine había creado para ambos—. Armand nos salvó de él, pero fue Marius quien nos dio la oportunidad de amar a ese vampiro durante el resto de nuestras vidas. Jamás me arrepentiré, aunque tengo confrontaciones con él. Es normal, creo yo. Hemos vivido horrores similares, pero a la vez distintos.

—¿Cuáles?—preguntó—. Yo no coincido con Lestat porque es demasiado alocado e impulsivo. Hace lo que quiere y no se detiene ante nada. Posiblemente vive más un cobarde que un valiente, pero un valiente tiene una vida mucho más rica. Yo no puedo considerarme cobarde, pero si me detengo a pensar en los contra de algunas de mis acciones. Creo que Lestat será un gran líder porque no se detendrá ante los problemas, cosa que algunos podríamos vernos superados—comentó echándose hacia atrás en la silla para mirarlo de soslayo—. No comparto muchos de sus puntos de vista, ¿es eso?

—Sí. Él no ve los matices. Cree que algo debe ser bueno o malo. Creo que las doctrinas que una vez mancharon su vida aún siguen hiriéndolo y encadenándolo. Él ya sabe lo que yo opino de eso—replicó—. Pero te juro que lo amo. Aún lo amo. No podría estar aquí si no le quisiera.

—Quien más te quiere te hará llorar—indicó.

—Discutir entre distintas generaciones es habitual—dijo encogiéndose de hombros.

—¿Cómo es que decidiste afrontar éste reto? Es decir, hacías radio mucho antes que los demás te diésemos nuestro beneplácito—comentó cruzando una de sus piernas mientras tomaba los folios. Le haría algunas preguntas de las que tenía anotadas.

—Porque Louis rompió esquemas. Él lo hizo. Él se entrevistó con Daniel, aquí presente en la gavina, y rompió todo lo que sabíamos. Él lo hizo. El resto sólo decidimos tomar ese momento para abrir una nueva brecha. Lestat le siguió con conciertos, libros e incluso presentándose en Talamasca. ¡Eso era impensable! ¡Un golpe de efecto! Pero yo he nacido en una época distinta. Los libros son importantes, siempre lo serán, pero los medios de comunicación no sólo son escritos. La radio fue muy importante en otras épocas y ahora lo es Internet. Gracias Internet y los portales de subida de vídeos, música o contenido didáctico tenemos la cultura al alcance de la mano. Quien no se informa es porque no quiere, quien no se comunica es porque no lo desea y nosotros los vampiros modernos debemos acercarnos a las tecnologías. No hay excusa—dijo dando un pequeño golpe en la mesa.

—Salvo la torpeza de Lestat—respondió echándose a reír.

—Ni que lo digas. Comprende lo que le digo, insisto y lo hace. Sin embargo, en cuanto deja de prestar atención, se aleja de las redes sociales y los nuevos medios de comunicación, se pierde. Sin embargo, a mi lado aprenderá y quizás termina siendo uno de esos vbloggers tan famosos—comentó lo último entre pequeñas risas. Benji se veía relajado y directo. Disfrutaba de aquella conversación—. ¿Y tú? ¿Cómo es que decidiste tomar nota de los libros que habían escrito y hacer las memorias de Marius, Pandora y Armand?

—Es lo que siempre hice: investigar—contestó—. Me habitué a ello y deseaba conocer. ¿Qué medio era el mejor? Los libros siempre lo fueron. Daniel estaba aturdido aún y nadie había asumido su papel. Yo decidí hacerlo.

—Gracias por eso—se giró hacia él y se comportó aún más cercano—. Cuando te escuché llamar supe que eras tú sin decir tu nombre.

—Lo supuse—le guiñó un ojo y se echó a reír.

Era una lástima que nadie pudiese verlos físicamente. Tan sólo eran las ondas de la radio. Sin embargo, permitirían que Daniel tomase algunas fotografías para añadirlas a las grabaciones. Aquello era algo serio, no era un juego, pero sin duda era relajado y divertido. No era como meses atrás en los cuales se mascaba la tragedia y se podía cortar el aire con un cuchillo. No había tensión. Todo era distinto.

—Dime, ¿qué piensas de Lestat?—preguntó David.

—Al principio pensé que era un imprudente y un idiota. Sin embargo, poco a poco comprendí que realmente es un héroe entre nosotros. Esperaba que hiciese algo. Creo que todos deseábamos que él interviniese. Nosotros hemos estado siempre pendientes de sus aventuras y sus palabras, ¿no es así? Aunque yo lo conocí como un niño mortal, cosa que no todos pueden decir lo mismo, y ya llevaba muchos años mostrándose crítico al mundo oscuro y terrible del que provenían la mayoría, inclusive él—sus pequeñas facciones eran dulces, pero su voz era magnífica. Tenía una serenidad y un ímpetu de un hombre joven. No se veía a un niño cuando él hablaba—. Ahora veo a un buen líder y espero que así siga siendo. Fue magnífico ver como luchaba contra Rhosh y lo derrotaba.

—Sí, es lo bueno de Lestat. Puede ser un idiota, pero sus estupideces son pequeños fallos por querer comprender el mundo. Yo soy más teórico y él es más práctico—Benjamín asentía a las palabras de David y él sonreía—. ¿Y qué piensas de mí?

—Que has tenido mala suerte, pues has perdido a seres queridos, pero así es la vida. La vida nos castiga y bendice por algo. Nos da lecciones. Las lecciones nos puede gustar más o menos, puede parecernos mejores o peores, pero nos moldea. A ti te ha moldeado de forma distinta que a mí, pero ambos estamos aquí sentados, uno junto al otro, intentando que quienes nos escuchan ahora tengan al fin el programa de radio que esperaban desde hacía mucho tiempo—explicó intentando ver que tenía David en sus manos—. ¿Tienes alguna noticia para nosotros?

—Sí, tengo tres noticias relevantes—dijo—. Pronto Antoine tendrá que dejar a Sybelle tocar sola, sentarse con nosotros y aceptar nuestras preguntas. Él será el primero en ser entrevistado dentro de dos semanas—el músico se giró saludando ligeramente haciendo sonar con más fuerza su violín, como si fuese un saludo a la audiencia—. Daniel explicará el sábado próximo sus sentimientos frente a Akasha, cosa que no ha hablado en demasiadas ocasiones. Lo hará con mayor profundidad y será un guiño para los mortales que aún recuerdan ese hecho, aunque parece un sueño o una pesadilla—comentó dejando los papeles sobre la mesa—. La última es que la cúpula de inmortales está ya formada y en el libro “Paraíso de Sangre” se dará la oportunidad a todos de hablar de las leyes que se están realizando. Sin embargo, la cúpula ya está formada. Tú ya has estado en algunas reuniones, junto a Daniel. Yo me he perdido algunas porque estoy con Jesse reconstruyendo las pertenencias de Khayman y las Gemelas.

—¿Cómo siguen las reformas?—preguntó.

—Bien. Van rápidas, pero se ha perdido mucho—explicó—. Aunque como bien sabes hay mucho contenido en las cuentas de correo de Maharet. Hemos logrado averiguar las claves gracias a Amel—dijo con un suspiro de alivio.

—Pues por hoy, damas y caballeros, ha terminado el programa—dijo Benjamín—. En los próximos días os daremos la oportunidad de publicar preguntas para Antoine en el link que acompañaremos junto a la grabación y transcripción, pues también pasaremos a medios escritos ésto que estamos viviendo—miró a David y le tendió la mano, la cual fue rápidamente estrechada.

—Gracias por todo—dijo estrechando su mano—. Gracias a todos.

Los siguientes minutos fueron para los músicos, que se dejaron llevar. La vida parecía fluir de ellos con cada nota. La habitación vibraba. Daniel comenzaba a transcribir la información. Armand, desde la planta superior, sonreía ligeramente. El antiguo querubín, el muchacho que vivió grandes tragedias, se sentía orgulloso del muchacho que había cuidado como un hijo o un hermano.



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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt