Se recuperaron algunos trozos de los escritos de Maharet. Aquí uno.
Lestat de Lioncourt
Por amor se cometen muchos crímenes y
se silencian demasiadas monstruosidades. Cuando él regresa manchado
de sangre, cubierto con esa pátina de locura, desconozco como
actuar. Frente a mí sigue siendo el dulce y complaciente hombre
arrepentido, lleno de amor y bondades que siempre ha deseado ser.
Frente a otros, los más inocentes, termina siendo un peligro, un
auténtico criminal y el guerrero que jamás dejó las armas. Él fue
llamado el Benjamín del Diablo únicamente por su firmeza a la hora
del combate, mató a miles para mantenerme a salvo y para sobrevivir
frente a una reina malvada. Sin embargo, ya no hay tal guerra y él
sigue rugiendo frente al fuego, provocando desolación, miseria y
muerte.
Debo creer sus palabras cuando me dice
que una voz lo impulsa a cometer esos delitos. Creo lo que dice
porque yo también la he escuchado, pero he sabido detenerla. Sin
embargo, él cae una y otra vez en sus complacientes palabras y sus
duros encargos. Él ha sucumbido a un monstruo cuyo nombre aún no
conozco, pero sospecho quien puede ser. Temo que ese ser, que todos
llevamos dentro, sea el origen del dolor y el padecimiento que
estamos sufriendo.
Aún veo en sus ojos el amor que tiene
hacia mí, su lealtad y la forma amable de contemplarme cuando tejo.
Puedo ver en sus dedos la capacidad innegable de caricias cómplices.
En sus brazos he encontrado la paz muchas veces, pero ahora huele a
guerra y sangre inocente. He vuelto a tener esperanzas, a ver el
mundo con nuevos ojos, y sólo ha sido para contemplar su declive.
Tan sólo espero un milagro, pero la
noche es demasiado larga y la eternidad parece acabarse.
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