Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

viernes, 12 de junio de 2015

Esperanza

Ashlar Templeton era un hombre de negocios. Como he dicho muchas veces no lo conocí, pero para mí era un hombre. No hace falta ser humano para ser humano, hombre y testigo de la humildad. Para mí, como para muchos, la humanidad es un sentimiento y no sólo un envase. 

Lestat de Lioncourt


La nieve se acumulaba en las calles y el frío parecía instalarse en el corazón de aquellos que, sin piedad, veían a los mendigos aterirse en las aceras. Los grises y firmes edificios se lazaban como gigantescas prisiones de sueños, esperanzas y decisiones erróneas. El fuego de la chimenea crepitaba y mi taza de leche caliente calentaba ligeramente mis largos dedos. Mis ojos, siempre soñadores e inquietos, observaba la miseria con desesperación. Con un impulso irresistible fui hacia el interfono y pedí, casi de inmediato, que repartieran mantas y café caliente entre los mendigos de la zona.

Mi traje impecable negro y mi sobria corbata color borgoña me daban un aire ilustre, digno y severo. Sin embargo, en mi corazón había ilusiones similares a las de un niño. Traje que no echo en falta, pero reconozco que no puedo olvidar los días fríos y la soledad que me aislaba en aquel despacho gigantesco y lóbrego para un ser como yo.

Las palmeras se alzan ahora frente a mí, la arena dorada y fina lo cubre todo, el rugir de las olas del mar contra las rocas es incesante y el sol calienta mi piel otorgándome un bronceado que hacía siglos no recordaba tener. Camino por la orilla casi desnudo, tan sólo vestido con un pantalón blanco de algodón y una camisa de lino abierta. Mi pelo largo y negro, pese a mis patillas blancas como la nieve de Nueva York, se mueve salvaje. Tengo una mirada distinta, sueños distintos, esperanzas distintas y un amor que calienta mi corazón provocando que me sienta afortunado.

Frente a mí ella recoge conchas y las contempla con curiosidad. Las conoce, sabe que son, pero jamás había tenido unas en sus manos. Es una niña, pero a la vez una mujer que ya me ha dado varios hijos. Intento que deje atrás el dolor y la culpa, así como sus terribles celos cuyos motivos son demasiado firmes. Es cierto que amé a Rowan Mayfair, pero ella fue elegida por el destino para que la amara y protegiera.

Puedo ver el cielo azul, tan intenso como mis propios ojos, mezclarse con el verde frondoso de la selva cercana, tan similar a su mirada. Dos de nuestros hijos nadan entre las olas salvajes y ríen sintiendo la libertad del paraíso. Pero, ¿durará el paraíso? Espero que sí. No quiero temer más. No deseo sufrir. He dado todo, he abandonado mi poder y mi moderno trono, por una vida nueva más sencilla.


No importa los bienes que poseas, sino el amor que obtengas. Deseo amar y ser amado. Quiero soñar de nuevo como si fuese un niño. Necesito dormir entre los brazos de una mujer que me ame. Necesito que nuestra taza prospere lejos del horror y la barbarie de otras razas cuya humanidad está en entredicho.   

No hay comentarios:

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt