Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

miércoles, 24 de junio de 2015

Talamasca

David y TALAMASCA son dos cosas que van de la mano, dos conceptos. Conocí a David Talbot en su sede en Londres, ¿cómo olvidarlo? Él tampoco olvida.

Lestat de Lioncourt


Las pesadillas que sufren algunos no son más que pequeñas piezas de mi vida. Puedo afirmar que desconozco que es el silencio y la soledad. Mi vida ha sido un enjambre de vivencias que se han ido acumulando en cada rincón de mi alma. No importa la puerta que abra, pues siempre encontraré un nuevo misterio. Debo despejar demasiadas incógnitas y convertirme frente a todos en el hombre sabio, sosegado y discreto que espera con paciencia encontrarse con la verdad.

He regresado a los viejos pasillos que fueron mi hogar, pero también prisión de muchos sueños y esperanzas. Observo las viejas vidrieras y las estanterías de las numerosas bibliotecas. He pasado frente a mi antiguo despacho y me ha tentado el resplandeciente pomo, el cual me invitaba a tocarlo una vez más y poder contemplar los recuerdos que allí dejé abandonados sobre el elegante escritorio de madera noble.

Ahora sé la historia que tan celosamente fue guardada, como si fuese un terrible huracán que en otros tiempos pudo destrozar todo lo construido. Talamasca ya no es un misterio para mí. Sin embargo, siento la misma atracción y cariño que hace décadas. He regresado muchas veces, de incognito y con el corazón en la mano, para contemplar por las viejas ventanas a mis compañeros y a los numerosos novicios que en ocasiones no llegan a ser miembros.

Hace algunas décadas, no demasiadas, yo recorría cada trozo de éste mundo, aislado del resto de la sociedad y con unas normas estrictas, cargado de preguntas que no tenían respuesta. Algunas siguen sin tener respuesta. Es imposible responder a una vida de misterios con tan sólo unos años inmortales. Sin embargo, ya no me duelen los huesos, no siento el cansancio engarrotar mis brazos y tampoco me compadezco de mi juventud perdida. Ahora soy joven y eterno. Tengo un cuerpo distinto, un rostro que jamás será el mío, pero mi alma ha sabido moldear cada milímetro de éste increíble joven que hace años debió morir por una sobredosis.


Estoy aquí. Me encuentro frente a la basílica de todo buscador de tesoros. Pero no somos simples buscadores de tesoros de gran valor económico, sino también malditos. Tan malditos como nosotros. Tan alejados de los ojos de los humanos como nosotros. Pues, jamás me consideré un humano convencional. Siempre seré el sacerdote del candomblé, el hombre que recorrió la jungla con tan sólo un rifle y unas cuantas provisiones, el monstruo que se sentaba tras un despacho a la espera de nuevas informaciones y el pobre diablo que terminó aceptando un trato amable con otro mucho más irresponsable.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt