Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

lunes, 6 de julio de 2015

Archivo Talamasca - El hombre lobo

David y Molloy están investigando y eso es alentador. Me gusta que investiguen y encuentren nuevas informaciones que todos podamos usar. Benjamín se está haciendo con un buen equipo. Aquí tienen un archivo que hemos llamado "Talamasca" porque está vinculado con los miembros y la información que estos poseen.

Lestat de Lioncourt


—Hazme el favor de decirme porqué estamos aquí, porqué te he acompañado y he aceptado que me involucres en ésto—dijo con las manos metidas en los bolsillos de sus tejanos.

Estaban caminando por un oscuro y espeso bosque cerca de la frontera con Canadá. El murmullo de un riachuelo cercano era constante. Sus pasos hacían crujir las hojas secas, las pequeñas ramas y los huesos de algún animal pequeño e insignificante que ya había sido devorado por los insectos. Molloy caminaba a duras penas tras Talbot, que como si nada caminaba por allí como si fuese un lujoso salón de baile. Las ropas de ambos eran muy diferentes.

—Deberíamos estar en la radio—recalcó su molestia con un gruñido.

—Benji necesita información de primera mano y Lestat también. Nos han pedido que investiguemos sobre otras criaturas, ¿no es lo que tú deseabas hacer? Querías volver a éste mundo y lo haces a mi lado, con mi apoyo y con el apoyo de Benjamín. No deberías ser tan terco, ¿acaso estás siendo influenciado por Marius?—dijo girándose suavemente hacia el otro vampiro. Tenían casi la misma edad en las sombras, tan sólo se diferenciaban por un par de años. Molloy había conseguido ser vampiro después de algún tiempo implorando, Talbot fue por sorpresa y cayó en un círculo vicioso del cual jamás desearía salir—. Daniel—susurró su nombre con aprecio—. ¿Recuerdas la cinta?

—No quise verla—aclaró.

Aquellas cintas que habían sido grabadas por un viejo compañero de Daniel, esas mismas que habían sido copiadas y distribuidas a Talamasca, su extraño círculo de inmortales y dirigentes en las sombras, así como al resto de vampiros con la idea de reconocer a los que salían, sus voces, sus recuerdos y averiguar si aún había supervivientes que conocieran a esos desdichados, que pudiesen consolarse con ese pequeño y maravilloso recuerdo, había traído también algo más.

—Hay un ser extraño. Es descrito por mi amigo y fotografiado en un par de ocasiones—susurró deteniéndose—. Estamos aquí porque aquí dicen que han visto a seres como él.

—¿Un espíritu?—dijo apoyándose en uno de los grandes y gruesos abetos.

—No—dijo con suavidad y paciencia—. Lobo.

—Lobo... ¿un lobo? ¿Te refieres a ese tipo de lobos que por las mañanas son humanos y al llegar la noche se convierten en bestias? ¡Estás loco! ¡Hemos venido sin armas! ¡Con las manos desnudas!—gritó asustado mientras intentaba volver tras sus propios pasos.

—Tienes la sangre de Armand—contestó alcanzándolo. Lo había agarrado de los brazos y detenido así su marcha. Pero cuando iba a hablar para calmarlo se calló, le tapó la boca y escuchó los pasos de otro ser.

Unos ojos amarillos aparecieron en mitad del bosque, entre los arbustos, y acabó alzándose hasta llegar a los dos metros. Era un ser musculoso, peludo y con el hocico ensangrentado. Los colmillos de aquella bestia, de ese horrible ser, eran gigantescos y podían romper con facilidad los huesos de cualquier animal e incluso los de un ser humano. No era un humano, pero tampoco era un lobo. Podía caminar a dos patas, las cuales se asemejaban ligeramente a las piernas humanas, y clavaba sus garras en los árboles cercanos para apoyarse y avanzar.

David se aferró fuerte a Daniel y éste a él. Parecían dos amantes en pleno París, pues se miraron con complicidad. El antiguo hombre de Talamasca hizo un guiño, uno pequeño aunque fácil de contestar, y Daniel lo respondió con una ligera sonrisa nerviosa. Entonces, antes que ese ser pudiese clavar las zarpas a alguno de ellos, se alzaron por los aires y comenzaron a viajar de forma opuesta al sol.

—La próxima vez que quieras cazar a un lobo o vigilarlo... ¡Llama a un experto! ¡Díselo a Lestat!—gritó aferrándose con fuerza a su compañero.

—Es una lástima que lo encontráramos en su versión de lobo... puede que él conozca al que aparece en las fotografías. Tal vez el estrés provocó que se convirtiera en ese engendro, pues no había luna llena. ¡Quién sabe!—gritó eufórico—. ¡Ah! ¡Talamasca tiene tan poca información de ellos!


Aquella noche no hubo radio. Benjamín se reunión con ellos y decidieron no informar al resto de la noticia hasta que fuese confirmada. Algunos espectros y espíritus podrían ir a la zona, investigar y responder con nueva información. La noticia podía salir a la luz la semana siguiente, pero antes debía ser corroborada.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt