Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

sábado, 15 de agosto de 2015

Incorregible

—¡Nunca me escuchas!—gritó furibundo—. Estoy cansado de arriesgarme la vida por ti. ¡Harto de sufrir por ti! ¿Y qué gano yo?—preguntó apretando su torso con ambas manos.

—La última vez creo que te fue bastante bien. Mírate, tienes un cuerpo joven y atractivo. ¡Oh! Sin olvidar la vida eterna...—dije sin siquiera mirarlo.

—¡Lestat! ¡Es necesario que pares y cedas! Marius tiene razón y lo sabes. Lo sabes muy bien...—dijo acercándose a mí para agarrarme de las solapas de mi chaqueta—. Lestat, hazlo de una vez. ¡Madura!

—Las frutas maduran, los vampiros sólo nos volvemos más nosotros mismos—susurré con descaro provocando que me empujara contra la mesa próxima a nosotros.

Los documentos cayeron al suelo, igual que la lámpara, y la mesa se trasladó varios metros. David estaba frenético. Decía que Louis me necesitaba más de lo que yo podía imaginar, pero que sólo hacía oídos sordos a sus necesidades. Complacía a mi compañero con bienes materiales, cosa que no era más que algo superficial. Según mi buen amigo necesitaba cambiar, convertirme en un ser menos tranquilo y dejar de ser un hombre de acción. Eso era imposible.

—Ni el diablo te detendría—chistó.

—El diablo es una marioneta de Dios y Dios un invento del hombre—respondí incorporándome mientras acomodaba mi traje—. No puedo cambiar, David. Sólo puedo responsabilizarme de mis actos, si así lo deseas, pero no puedo cambiar. Me gusta comprender el mundo, experimentar todas las sensaciones posibles y arriesgarme.

—Arriesgas algo más que tu vida...—susurró.

—Quien no arriesga ni gana ni puede ganar—dije antes de salir por la puerta de su pequeño despacho, instalado en uno de mis numerosos departamentos. Había cedido un coqueto espacio en la ciudad, aunque era algo provisional, mientras él decidía donde estar.



Lestat de Lioncourt

No hay comentarios:

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt