Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

jueves, 10 de septiembre de 2015

Tú y yo

Goblin me recordó mucho a Amel cuando codiciaba la sangre, pero también codiciaba algo más. Quizás él deseaba tener un cuerpo.

Lestat de Lioncourt 


Tú. Tú y la oscuridad. Tú y el amor. Tú y la vida. Tú y la sangre. Sólo tú. Tú y nadie más. Pensabas que eras especial, único, maravilloso, perfecto y gentil. Tú eres mi asesino, mi hermano, mi único amigo y el capricho por el cual yo sigo aquí. Mírame. Somos iguales. Soy tu reflejo perverso, ¿o quizás eres tú el más perverso de los dos?

Mírame. Lee la pantalla y mírame. Estoy aquí encerrado en un mundo distinto y frío, tan frío como la frivolidad de tus elegantes paseos por la ciudad. A ti te dieron todo, pero a mí sólo me ofrecieron un último beso antes de meterme en una pequeña tumba. Sólo soy huesos, Quinn, y tú tienes una vida por delante. ¡Una vida eterna! Te odio. Maldigo todo lo que eres, pero a la vez te amo. Es un vínculo que no podemos romper. Tú y yo somos lo mismo, pero a la vez somos algo distinto. Me duele.

Tal vez no tengo un cuerpo, pero poseo sentimientos. Soy un alma errante por medio del pantano. Escucho el chapoteo de los caimanes, esos que tanto adora la perversa y sentimental de tu creadora, los cuales devoraron el cuerpo de nuestra madre. Ella sí me quería. Tú me despreciabas. Tú me odiabas. Tú eres peor que yo. Ni siquiera te diste cuenta que ésto podía ocurrir. He decidido irme con ella, con esa mujer que me abraza y me llama angelito, porque tú eres un demonio y vivir a tu lado es un infierno.


Sólo quería que me amaras como yo te amaba, pero tú sólo buscabas excusas para alejarme. ¿Qué mal te hice yo? Sólo te tenía a ti y tú tenías todo. Eres un privilegiado. Yo sólo soy un mendigo. Te odio, te odio, te odio y te odio. Te odiaré siempre, pero a la vez te amaré porque somos lo mismo. Somos el uno para el otro. Hoy me voy, te dejo libre, pero recuerda mi presencia pues yo jamás te olvidaré a ti.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt