Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

domingo, 18 de octubre de 2015

Emisión 9: Talamasca

La Voz de la Tribu hoy trae un especial Talamasca. Disfruten.

Lestat de Lioncourt


Todo estaba preparado para la conexión de la noche, pero algo ocurrió. Fuera una terrible tormenta se apoderó de la ciudad. Los cortes de energía eran bastante persistentes y los generadores sólo podían iluminar parte del edificio. En la sala inferior, cerca del jardín, se hallaba Benjamín maldiciendo al tiempo. La segunda planta estaba acordonada de inmortales. No sólo estaban los vampiros habituales, sino que se encontraban algunos fantasmas y vampiros poco usuales. Gremt había aceptado estar allí, con algunos fantasmas de vampiros para dar su testimonio, sin embargo la noche estaba siendo desapacible.

—Benjamín, debes venir—dijo Antoine abriendo de improvisto la puerta—. Al parecer Armand ha logrado que los generadores funcionen, pero sólo para poder emitir un pequeño comunicado—explicó alejándose del marco de la puerta, echando a correr suavemente hacia la escalera de caracol de escalones de mármol forrados en una tupida alfombra roja, para luego esperarle al principio de ésta y observarle con inquietud.

El joven vampiro se colocó bien su sombrero, acomodó su americana negra y desabrochó el primer botón de su camisa de lino gris. Sus mocasines resplandecían bajo el dobladillo de su elegante pantalón negro.

Allí arriba se encontraba la élite de la Talamasca. Una élite secreta, la cúpula de Ancianos, rodeado de sus alumnos más aventajados. Ellos no iban a conversar aquella vez, Magnus no había decidido acudir para dar testimonio sino para ofrecer apoyo. Raymond Gallant también estaba allí, junto a otros hombres de Talamasca que habían sido reclutados tras su muerte. Muchos de ellos estaban encapuchados, habían decidido ocultar su identidad. Si bien, David Talbot lloraba.

El bueno de David, aquel hombre que siempre había estado a las órdenes de sus superiores hasta ser un buen director de la orden, se había echado a llorar como un niño. Desde que había sido convertido en vampiro no había vuelto a ver a su amigo. Fue poco después de cambiar de cuerpo, consiguiendo uno más joven, que no conversaba de tú a tú con Aaron. Él estaba allí, con un traje color chocolate con una corbata en tono vainilla y una camisa blanca. No llevaba chaleco, algo no muy habitual en él, pero sí tenía esos ojos profundos y su rostro ligeramente rejuvenecido.

—Deseo permiso para emitir un comunicado urgente—explicó Gremt.

—Adelante—dijo encendiendo los micrófonos mientras la suave melodía de Sybelle llegaba a todo el mundo, suavemente como una nana.

Ella estaba alrededor de su elegante piano de cola negro, con un vestido de lentejuelas blanco que le daba el aspecto de una sirena cubierta de delicadas escamas, mientras que Antoine tomaba su posición con el violín. Intentaban relajar a los oyentes, así como a los participantes de aquella extraña emisión.


—Bienvenidos, seres de todas las categorías morales y físicas, soy Gremt. Lamento no dar mi entrevista como debería, usurpando el puesto de Benjamín Mahmoud y su compañero David Talbot. Deseo dar las gracias a Armand por acogernos en su refugio, ofrecernos un generador en ésta noche de perros y ser tan amable con todos nosotros. También quiero agradecer a Daniel Molloy, el cual está tomando nota de todo lo que está ocurriendo—hizo un inciso breve y miró a todos los presentes, como buscando apoyo para lo que iba a decir—. Amel y yo no éramos los únicos espíritus que escapamos de una grieta, llegando a éste mundo desde otro más oscuro y temible. Como bien sabéis Lestat empezó a sospechar que Memnoch proviene del mismo lugar que nosotros—dijo acomodando las ropas reales que llevaba. Parecía tan real como cualquier ser humano. Nadie podía jurar que era pura energía—. También hemos conocido los casos de Taltos que dominaban a generaciones enteras para recuperar su cuerpo o fantasmas temibles que mataban a otros por placer—cerró los ojos y suspiró—. Ésta tormenta no es común. Algo está ocurriendo entre nuestros mundos. Lestat se reunirá con nosotros en unos días y podremos llevar a cabo un planteamiento más adecuado. Sólo les pedimos paciencia para esclarecer los hechos y cómo podrían afectarnos—dicho aquello se incorporó, provocando que el resto también lo hiciera, para marcharse de allí tras estrechar algunas manos y ofrecer algunos gestos de apoyo llenos de cariño.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt