Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

domingo, 17 de enero de 2016

Ídolos

Daniel ha decidido dar un homenaje a los ídolos caídos.

Lestat de Lioncourt


Muchas veces las religiones nos dan un bálsamo de tranquilidad, un lago de confort, un hermoso sueño que nos calma y nos hace sentir elegidos por la mano de un dios o dioses. Desde temprano el hombre ha querido mejorar, encontrar un ser perfecto y las religiones han proliferado, cambiado con el cambio de sociedad y cultura. Han ido evolucionando con el paso del hombre por la tierra dejando diversos vestigios, creencias, documentos y obras de arte. En cada rincón de éste mundo ha existido un dios, o varios, y creyentes fieles a sus tradiciones.

Actualmente siguen las supersticiones alrededor de las viejas pirámides dependiendo de las inscripciones que hay en la puerta de las tumbas, en los pasadizos mal iluminados y en las trampas puestas para que los ladrones, así como los ayudantes de los constructores, perdieran la vida. Todavía hay nuevas culturas que surgen del Amazonas y muestran su baraje cultural dejando impactados al mundo. Podemos pasearnos por las viejas tierras de Babilonia con una Biblia en la mano y leer su pasaje en alto en cientos de idiomas. También podemos contemplar como la piedra sagrada musulmana atrae a cientos de creyentes. Los judíos siguen apoyando su cabeza en el muro de las lamentaciones. Jesús aguarda en la cruz. En la India todavía se reza a dioses con cuerpos, o esencia, de animal y se venera a elefantes o ratas. Hay miles de culturas y diferente forma de creer en los espíritus, en la esencia de la naturaleza y sus magníficos poderes ocultos.

Todos alguna vez hemos rezado, aunque fuese cuando tan sólo medíamos medio palmo. Sabemos el proceso, aunque quizás nuestras palabras difieren. Nos arrodillamos ante la belleza de una imagen, sea física o mental, y rogamos por nosotros o por aquellos que amamos. Siempre son deseos, a veces egoístas y otras veces llenos de inocencia. Pero rezar no es lo único que se debe hacer, pues es un alivio hacerlo ¿y ayuda? Quizás calma tu alma, tu mente o conciencia, pero los actos son los que nos acercan al perdón o el milagro.

Nuestros actos, y no nuestras promesas o rezos, son quienes nos recordarán. Algunos seremos recordados sólo por un puñado de personas, pero luego están los que hicieron éste mundo mucho más magnífico o agradable. Aquellos que con su arte, sus palabras o simplemente con su carisma despertaron devoción. Los que con canciones, pintura, actuaciones o mejoras científicas nos hicieron soñar que todo era posible. Esos que serán aún más inmortales que los vampiros y los propios dioses.


¿Homero no sobrevivió a su cultura y sus dioses? ¿Ovidio no ha seguido siendo leído? ¿Platón o Aristóteles? ¿Todavía no son recordados los grandes reyes del Valle del Nilo? ¿Acaso no hay canciones que siempre han estado en nuestros corazones y lo siguen estando aunque el autor haya fallecido? Los dioses están ahí, pero no siempre están basados en una religión. Los inmortales no siempre tienen colmillos.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt