Me he encontrado esta nota arrugada y para mi sorpresa es de mi madre. Creo que está equivocada sobre que no la necesito. Todos necesitamos a nuestras madres por adultos que seamos.
Lestat de Lioncourt
Había permitido que se fuera con él.
Acepté mi derrota. No podía retenerlo más entre mis brazos y bajo
mis faldas. Todo pájaro debe salir del nido y aprender a volar una
vez llegado el momento. Él siempre había mostrado un espíritu
combativo y sabía que si permanecía en el pueblo acabaría
destruyendo todo lo que era, del mismo modo que yo lo había hecho
para asumir una vida vacía e indigna.
Su último beso fue terrible para mí.
Como toda madre comencé a angustiarme por su felicidad y seguridad.
De inmediato soborné a mis hijos mayores para que no salieran como
perros de presa tras él. Un par de bolsas con algo de dinero para
ambos y se olvidarían de Lestat en la taberna. Su padre sí alentó
a sus vástagos a ir contra el más joven, pero él estaba en la
ruina y no logró siquiera mover ni uno de los músculos de ambos.
Si escribo esto no es por nostalgia. Ni
siquiera es porque crea que el mundo debe saberlo. Sólo escribo
porque quiero liberar mi mente de ciertos recuerdos. Estoy frente al
castillo que fue mi prisión y dentro está mi hijo sintiéndose
demasiado halagado por ser el “Príncipe” de todos nosotros. En
una de las torres, la que fue mi celda, puedo ver la silueta de mi
nieto observándome desde hace más de media hora. He decidido tomar
la libreta y escribir para desahogarme porque me aterra.
Tengo un nieto que es idéntico a su
padre en muchos aspectos y no sólo en su físico. Veo en él su
mismo espíritu pero con una inteligencia superior aportada por una
educación esmerada. Desearía estrecharlo entre mis brazos y decirle
que estoy orgullosa de él, pero sonaría tan falso como decirle que
le amo. Es su parecido el que me hace quererlo vivo y al lado de su
padre. Sé que Lestat lo necesita y que no será capaz de arrancarlo
de su lado como yo lo hice con él.
Hace unas horas estaba en París
merodeando las calles que me vieron surgir como una flor nueva,
venosa y de agradable aroma. Cualquiera que me haya visto habrá
creído que soy un hombre joven intentando encontrar un lugar donde
entretenerse. He entrado en una de las librerías y he adquirido
varios libros, después he comprado un nuevo sombrero en una de las
tiendas del centro y me he sentado en un café durante más de una
hora tras pedir unos cuantos café.
Durante esas horas he pensado en
Sevraine y he deseado que estuviera a mi lado. En ese momento me he
percatado porqué Lestat huyó de Auvernia. No sólo hizo porque
tenía grandes sueños. Él se marchó porque tenía a alguien con
quien compartir su vida y por ende su historia llena de futuras
victorias y fracasos. He querido regresar de inmediato pero antes
quería verlo a él, pero en vez de verlo para despedirme, cosa que
no suelo hacer, me he quedado fuera en los jardines contemplando la
monstruosa silueta de ese castillo y escuchando los fuertes corazones
que se hallan encerrados en él. En ese lugar está Rose, la criatura
que él logró rescatar, su hijo Viktor, Louis y Talbot que
posiblemente está reunido con él para solventar ciertos asuntos que
nos confieren a todos. Me he dado cuenta que no me necesita y que soy
yo quien recurre a él para que no me olvide. El ave aprendió a
volar y yo debo regresar a mi nido, junto a mi compañera y contarle
todo lo que he sentido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario