Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

domingo, 22 de mayo de 2016

Amor y nada más.

Hoy no hay texto de Daniel sino uno de Nash. Debido a que estamos haciendo ver las distintas formas de amor y de familia queremos mostrar los sentimientos de quien fue tutor y amigo de Quinn. 


Lestat de Lioncourt


El amor no entiende de barreras. A veces llega en el peor de los momentos posibles. No es cuestión de buscarlo o rogarlo. Simplemente el amor nace como las amapolas. Florece en cualquier corazón y provoca una reacción distinta en cada alma. He visto hombres llorar desconsolados al saber que estaban enamorados de la persona incorrecta porque jamás serían correspondidos y mujeres guardar gélido silencio mientras sus corazones se fracturaban. El género no te hace ser más o menos sensible, más o menos fuerte, más o menos resistente al amor o simplemente no ayuda a conseguir el amor que necesitas. Como tampoco lo hace el sexo o la sexualidad. Cada uno es distinto y vive su cuerpo y sus sentimientos de formas complejas y muy diversas.

Hace tiempo que comprendí que moriría enamorado de alguien que nunca me correspondería. De hecho creo que jamás se ha percatado de mi amor por él. Mi confesión quedó guardada en el abismo de un te quiero vacío e insignificante. Quizá por su juventud no pudo ver más allá de mis formas educadas y comprensivas, pero admito que también mi amor por él parece el típico romance de literatura barata.

Soy educador por convencimiento. Me convencí a mí mismo hace décadas. Tomé esta decisión cuando terminé mis dos carreras. Sentí que el mundo de la literatura moría lentamente y los grandes libros sólo se habían elaborado por las pasiones, equivocaciones y penitencias del pasado. Comprendí que el hombre se negaba a recordar la historia. Creo que acepté el riesgo. Quería enseñar a los jóvenes a amar apasionadamente la literatura y la historia porque sólo a través de conocer y comprender los sentimientos que llevaron al hombre a cometer ciertos hechos, crear ciertas leyes y elaborar pensamientos que aún hoy tienen vigencia comprenderían el mundo que les rodea y podrían quizá ser la salvación de una cultura decadente.

Hace más de tres décadas conocí a una mujer increíble. De haber sido heterosexual habría pedido su mano sin importarme que fuese mayor que yo. Me enamoró su forma de amar el mundo. Caí conquistado por su risa contagiosa y su forma amable de saborear cada segundo en la compañía de otros. Por eso mismo decidí aceptar el trabajo de tutor privado. Yo tenía un buen cargo en una excelente universidad británica, pero sabía que ella estaba desesperada. Ese fue el primer paso hacia mi condena.

Nueva Orleans siempre ha sido un lugar lleno de sabores y olores tan mezclados como su cultura y su gente. Allí donde mires hay una belleza mágica que no sabes explicar. Pero no hay belleza mágica mayor que esos ojos profundos de color azul. Me enamoré del sobrino nieto de mi amiga. No hubo impedimentos en mi corazón por su edad, ya que sólo rozaba los dieciocho, ni por su inestabilidad emocional. Quedé profundamente enamorado sólo con escuchar su voz y observar como sus labios se arqueaban en una cordial sonrisa.

Quise huir en cuanto noté que estaba enamorado de una joven de su edad, que mis sentimientos serían una tortura y que el mundo mismo iba a hacerme enloquecer. Pero él me rogó que me quedara. Con toda la inocencia del mundo me pidió que permaneciera a su lado porque necesitaba un amigo y un guía en este mundo de locos. Yo sólo pude abrazarlo y llorar en mi habitación con la puerta cerrada. Quería matar mis ilusiones pero fue imposible. Acepté la condena. Permití que en mis sueños él fuese mío del formas distintas como única forma de mantener la cordura.


Nunca le he exigido que me ame pues tampoco le he confesado mis sentimientos. Sólo me he quedado contemplando como él intentaba ser feliz con la persona que ama. Me mantengo al margen. Tan al margen que hace algunos años que no sé nada de él y me he dedicado a cuidar al hijo que tuvo con otra mujer. El pequeño me ha tomado cariño y soy su figura paterna. Mi amiga murió hace algunos años y sé que no estaría encantada con todo lo que está sucediendo. Sin embargo, yo soy feliz de algún modo porque confío que él está viviendo el amor que necesita y desea.  

No hay comentarios:

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt