Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

miércoles, 31 de agosto de 2016

Orígenes de la verdad

David evidencia su desconcierto sobre lo que ha conocido de Talamasca, ¿y vosotros?

Lestat de Lioncourt 

Cuando dedicas toda una vida a la búsqueda del conocimiento no puedes evadirte fácilmente de tu destino, de aquel que han marcado tus pasos día tras día, con sólo mirar hacia otro lado e intentar un nuevo rumbo. Siempre acabas en el punto de partida intentando afrontar las preguntas que jamás tuvieron respuestas. Esas que ni siquiera intentaste aún cuestionar a otros porque sabes que la solución puede perjudicar a tu alma y al juicio de otros. Te sientas frente a un escritorio e intentas escribir tus memorias subrayando los detalles más importantes y entonces, cuando crees que al menos te has desahogado, un nombre te llena de amargura los labios y lo pronuncias cientos de veces, lo rememoras con amargura y crees que vas a morir ahogado en lágrimas. Ese nombre para mí es Aaron, la historia es mi vida entre los muros de Talamasca y el misterio que me ha seguido siempre, como a la mayoría de miembros de la Orden, es su fundación.

Durante algunas décadas logré vivir en la Orden de Talamasca, donde todos éramos detectives de lo paranormal, sin sentirme confundido con sus reglas y normas básicas. Seguía todas estrictamente porque previamente había roto la legalidad vigente en numerosos países y también algunas espirituales. Había viajado a Brasil y recorrido cada rincón de este enorme país conociendo su cultura, las diversas religiones y los rituales más extraordinarios. El peligro me llamaba poderosamente la atención y amaba internarme en las selvas acompañado únicamente con un guía, unas cuantas provisiones y un rifle por si tenía que defenderme de algún animal salvaje.

Maté algunos animales, es cierto, pero fue para sobrevivir. Podíamos comer su carne, usar su piel y salvarnos de ser devorados por ellos. Era la ley del más fuerte. Los espíritus vinculados con esa tierra no nos atacaban por ello y poco a poco fui amando la verdad que me ofrecía el candomblé hasta convertirme en sacerdote. Esta religión basado en culto de los orixás ya ha traspasado las fronteras de Brasil hacia lugares como Argentina, pero antes sólo podías encontrarlo allí.

Cuando acepté el pertenecer a esta organización ya había comprendido ciertos misterios y por eso no me surgían otros más allá de los archivos que lograba devorar. Allí el conocimiento es gratuito, igual que las numerosas salas. Cuanto más conocimiento tenía más inquieto me volvía hasta que llegó el momento álgido. Comencé a cuestionarme todo. Incluso me cuestioné quienes eran los máximos dirigentes de la Orden de Talamasca.

Creo que sólo me calmé durante unos años, los finales de mi vida, pensando que cuando llegase mi muerte, poco antes del Juicio Final, logrará solucionar este enigma porque ellos se presentarían en mi lecho y me hablarían para consolarme. Yo sabía que debía haber algo paranormal o especial en quienes lo fundaron. No podía ser que simplemente el tejido de esta telaraña fuese tan simple como cargos elegidos en reuniones demasiado secretas y místicas.

Al convertirme en vampiro quedé fascinado con mis nuevos poderes y aquellos que ya tenía. Se intensificó mi radar para encontrar fantasmas y hechos inhóspitos, cosa que no solía suceder con todos los vampiros. Recorrí el mundo realizando algunas biografías de vampiros asombrosos e historias increíbles que aún no he puesto en conocimiento de la mayoría. Si bien, la muerte de Aaron, mi mejor amigo, cuando realizaba su labor de Nueva Orleans provocó que algo en mí se quebrara. Deseaba saber quienes estaban tras los Ancianos de la Orden de Talamasca.

Él murió creyendo que había sido despojado de todos los honores por parte de este grupo tan selecto, pero era mentira. Se habían hecho pasar por ellos para evitar que siguiera investigando sobre unas criaturas fascinantes llamadas Taltos y la familia Mayfair, la cual está maldita para aquellos que investigan profundamente su árbol familiar o los misterios que los rodean.


Ahora, tras la revelación de Amel, he sabido la verdad y no sé si sentirme hundido, privilegiado o confundido. Era Gremt Stryker Knollys un espíritu, el cual provenía del mismo mundo que Amel y Memnoch, Hesketh un poderoso fantasma perteneciente a una ingeniosa bruja germánica, aunque fue asesinada tras ser uno de los nuestros, Tesjamen un vampiro tan antiguo como Avicus, el cual fue iniciado en la sangre por los sacerdotes del culto de Akasha aunque no fueron creados por ella. Es un desafío conocer parte de mis raíces, a quienes veneré sin conocer, a los que forman parte ahora de mi familia y de mis conversaciones más profundas.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt