Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

martes, 18 de octubre de 2016

Para ser sinceros...

Supongo que Daniel tiene razón, ¿no?

Lestat de Lioncourt 


No hay días perfectos, supongo. Tampoco puede existir entonces una vida hecha a medida. Siempre tomamos alguna decisión con respecto a lo que haga alguien amado, respetado u odiado. Incluso hacemos elecciones influidos por personas que desconocemos. Vivimos en un mundo donde todos estamos conectados. Por eso, cuando el cuerpo de Lestat fue usurpados muchos tomaron decisiones erróneas, imperfectas o poco estudiadas. La mayoría se negó a dar un paso hacia el frente para ayudar, pues tenían miedo. Ese miedo era una respuesta lógica, aunque desmedida tal vez, porque Raglan sólo quería la eternidad y la fortuna que Lestat poseía. No quería destruir a los vampiros.

Con el paso de los días todo fue cobrando forma. Raglan pertenecía a un grupo de sabios y ocultistas, o al menos perteneció en su día hasta que fue expulsado. En la Orden de la Talamasca se suele pagar cara la alta traición, pero tomaron la decisión de sólo expulsarlo. No lo condenaron como se merecía, quizá porque su delito no era demasiado gravoso. Aún así, perdieron un tiempo precioso.

Por mi parte, yo estaba aún perdido en un paraíso extraño entre mi sueño cumplido, de ser eterno, y el miedo atroz que sentía hacia el exterior. Temía que un día cualquiera otro monstruo como Akasha apareciese. No podía dormir de día y de noche tan sólo decoraba pequeñas maquetas, o las ensamblaba, intentando despejar mi mente para poder descansar al menos unas horas. La paciencia de Armand se había desgastado y Marius tomó con entereza una decisión, la cual aún hoy afecta a mi vida.

Admito que no supe de todo lo ocurrido hasta hace unos años, quizá tres a lo sumo, cuando me comentaron la peripecia que había logrado Lestat. Leí los libros que no conocía, me empapé de toda la historia narrada por distintos vampiros, y ahora me encuentro sentado en un diván intentando averiguar cuáles son mis sentimientos sobre todo esto. En unos días se publicará el nuevo libro de Lestat y todos sabrán cómo es su amada Atlántida. No sé qué pensar o sentir. Tal vez debería tener miedo, pero sigo vivo. ¿Por qué debería?


Sólo sé que las consecuencias de Raglan James siguen presentes con la figura de David Talbot. En estos momentos es un hombre de apariencia joven, pero de alma vieja. Es intrépido, aunque sabe dónde pisar. No es atolondrado como Lestat. Es otra clase de vampiro. Hace unos años conversé durante largas horas con él y me quedó claro que nunca se ha convertido a un vampiro como él, que es absolutamente brillante e intuitivo. Además, puede seguir hablando con los espíritus. Tiene los poderes de un “brujo” y de un inmortal. Creo que la consecuencia de esta aventura fue, sin lugar a dudas, positiva.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt