Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

viernes, 18 de noviembre de 2016

Merrick

Entiendo perfectamente que sintiera eso... ¡Incluso yo me quedé impactado con esa mujer!

Lestat de Lioncourt 




¿Alguna vez amaron? Yo lo hice. Amé con tanta pasión que no me importó perder parte de mi corazón por el camino. Aunque tuve la culpa de haber perdido a la persona amada, a la mujer que conmovió mi alma y la hizo sentir como jamás lo había hecho nadie. Fui un estúpido y un cobarde. Tenía el mundo entre mis manos, y permití que se esfumara como una hoja en mitad de un fuerte huracán.

Recuerdo que ya rozaba los cuarenta cuando ella, enigmática y joven, apareció como un brote de Bella Dona conquistándome, paralizándome y enviándome al infierno. Era apenas una niña y caí a sus pies desnudos. Creo que jamás vi algo tan hermoso, salvaje y delicado a la vez. Parecía un animal asustado, pues sus ojos verdes, como la selva más frondosa, me seguían de igual modo que seguía a los espíritus y las almas en pena. Ella era una bruja, así denominaba su familia a las mujeres fuertes que podían ver el tercer mundo que nos rodea, y yo era un investigador de lo paranormal con poderes similares.

Juro que aún la veo ahí de pie, frente a mí, espigada y llorosa por encontrarse al fin sola, sin familia alguna, con un vestido blanco lleno de flores. Esa piel tostada, casi de ébano, me hizo temblar cuando la toqué al deslizar mis dedos por sus mejillas. Era como una diosa plantada en mitad de aquella mansión sureña en Oak Haven.

Su nombre es Merrick Mayfair. Así se llamaba. Esa flor salvaje en mitad de las ruinas de una familia llena de misterios. Una mujer en el cuerpo de una niña, pues había vivido tantas penalidades que a sus trece años ya era demasiado adulta. No había tiempo para juegos y adivinanzas, sino para hablar con los daguerrotipos donde se mostraban los espíritus burlones con los cuales conversaba.


Ahora dejen que cuente su historia, que es parte de la mía, durante estos días. Regresaré a los días felices, los intensos, los amargos, los dolorosos y los extraños. Haremos un viaje a través de los sueños, los espíritus, la verdad, lo incongruente, el amor y el odio. Veremos como la magia y el pecado se mezclan, como la venganza surge y el perdón sepulta de nuevo todo. Hablaremos de la Orden de Talamasca, la familia Mayfair y otros misterios que nos envolvieron intoxicándonos de amor, desesperación y culpa.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt