Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

viernes, 20 de enero de 2017

Descubrimiento

Jasmine era tan encantadora... debería visitarla.

Lestat de Lioncourt 



Todavía intento asimilar lo ocurrido hace ya más de una década. Asumirlo es fácil, aceptarlo es difícil. Sobre todo cuando te detienes a pensar que a tu lado estuvieron criaturas que sólo cabían en los libros de literatura. Ha sido difícil e intenso el recorrido de todos estos años, sobre todo porque Tarquin se marchó para no regresar. Pensé que sería un viaje a lo sumo de dos o tres años, como el que realizó siendo algo más joven, y que nos trajo a un hombre más fuerte y convencido ante sus principios. Sin embargo, no ha sido así.

Recuerdo cuando Mona apareció como un fantasma en la puerta de la mansión. Tenía el cabello revuelto y pegado a la cara, pues había empezado a llover. Sus ojos verdes estaban sin brillo debido a que ya no había esperanzas. Su piel rosada ya era sólo un recuerdo, porque la palidez de la muerte la había recubierto como si estuviese hecha de cera. Se movía como un autómata y estrechaba con fuerza un ramo de flores, el cual parecía recién comprado para la ocasión. Apenas se escuchaba su voz clamando ver a Quinn.

Por supuesto que la dejé pasar y la acompañé hasta las escaleras, una vez allí, debido al alboroto, apareció su noble Abelardo, nuestro apuesto Quinn, para subirla. Sé que para algunos es un idiota, pero yo aún amaba al padre de mi hijo. Siempre lo voy a amar y más por gestos como aquel con la mujer que más amaba entre todas las que ha conocido. A su modo me quiere, como quiso a mi madre o ha querido incluso a la suya.

Debí sospechar cuando se obró el milagro y ella apareció lozana y feliz. Sin embargo, ¿vampiros? Imposible. Aunque también debí creer que algo más que el viaje había cambiado a mi apuesto jefe. Él parecía menos disperso, pero a la vez aún más congojado como si el mundo ya no le perteneciese. He averiguado esto al buscar algo más adulto para los chicos, Tommy y mi Jerome, y he hallado unos libros donde el protagonista es su maravilloso y encantador Lestat. Habla de como entró en el vampirismo afectando incluso a la vida de su madre. Creí que sólo era una broma pesada, pero investigué y al parecer son ciertos. Incluso aparece Merrick, esa hermosa mujer con apellido Mayfair, en uno de sus libros.

Ahora entiendo que no regrese, que apenas escriba o llame. No me importa. Realmente no me importa. Sólo quiero creer que su alma, aunque haya sido modificado su cuerpo debido a sus poderes, siga siendo la del chico que me cautivó y robó el aliento. Por supuesto, nuestro hijo, que ya ha alcanzado los veinte años, no lo sabe aún. Creo que debo hacerlo. Hace unas noches lo vi hablando con un sujeto que me recordó a la mujer de los camafeos, esa que admiró y quiso tanto tía Queen.



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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt