Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

jueves, 19 de enero de 2017

Soy recuerdos



Oberon me pareció un poco cínico, pero amo a los que son como él. Todo un caballero y un hombre lleno de dolor.

Lestat de Lioncourt 



Hace años que esto ocurrió. Sin embargo, aún recuerdo el sistema operativo que tenían los viejos ordenadores de la sala de informática, así como el olor a playa penetrando por la ventana e instalándose en la habitación como en cualquier otra. Las noches se hicieron eternas en ese lugar. Aguardaba un rescate que no ocurría mientras buscaba en Internet diversa información acerca de la familia de mi madre, pues necesitaba contactar con ellos de forma urgente. Había enviado algunos e-mails al Hospital Mayfair, justo en el buzón de sugerencias del paciente. Oculté los datos mediante claves no muy difíciles de averiguar para Rowan, pues eran menos anagramas y diversos juegos de palabras. Pero nadie vino.

Mis hermanos morían, mis padres estaban muertos, y sólo podía tener la esperanza de seguir siendo alimentado con un vaso de leche al día. Un único vaso. ¿Sabéis qué es eso para un Taltos? Apenas una gota de lluvia en el desierto.

Sigo reviviendo los últimos momentos de mi padre, pero los más felices fueron cuando viajamos en helicóptero por primera vez. Jamás había visto uno aunque sabía como se viajaba en él y el sonido de sus hélices. Esos viajes a San Francisco, París, Londres, Madrid... viajábamos hacia una isla cercana y después despegábamos hasta los confines del mundo. También había travesías en barco y barcas motorizadas. Aquella isla era nuestro hogar, el lugar donde regresar cargados de recuerdos de aventuras deliciosas, apasionantes y necesarias para nuestro desarrollo cognitivo.

Nací en el Caribe, cerca de arenas blancas llenas de conchas hermosas y de palmeras cargadas de coco. No soy un hombre de vivir en una ciudad como Nueva Orleans. Aquí me siento alejado de quien soy. Camino por la calle y observo a los hombres sin alma, sin fuerza, sin sueños y no me reconozco en ellos. Quizá busco a mi padre en todos ellos. Tal vez los empresarios jugueteros no siempre tienen la ilusión de un niño, ni la mente ágil y tampoco la bondad de un santo sin templo.

Miro mis uñas azul eléctrico gracias a perfecta manicura y deseo agarrar las estrellas, pese a saber que son lejanas. Quizá más lejanas de mis recuerdos sobre mi madre. Todavía puedo oler su fragancia como si me abrazara llorosa, asustado y llena de ira. Aún puedo sentir como vibraba lo salvaje bajo su pecho y como emanaba de este la leche más deliciosa que he probado.

Sé que Rowan no vino antes a buscarnos porque no creyó que la situación era tan grotesca. Pensó que simplemente era una trampa de Ashlar para volver a verla, conversar y plantear nuevos proyectos. Nunca sospechó que realmente estaba muerto, igual que Morrigan. Pude ver en sus ojos dolor, rabia e indignación. También un profundo respeto hacia mí, pero también miedo. Sé que me teme porque soy un hombre Taltos, un macho de mi especie. Mis hermanas para ella son inofensivas. Una de ellas incluso le recuerdan a su hija Emaleth. Supongo que por eso nos cuida. Quiere resarcir su pena, lamer sus heridas, aceptar sus errores y tener una nueva oportunidad.


Yo sólo puedo mantenerme sentado frente a este ordenador con los ojos llorosos. Lloro por lo que no fue y por lo que tuvimos. Lloro por mi padre y mi madre. Lloro por los errores cometidos por mis hermanos. Lloro por la maldad de los hombres y su codicia que aplastó a mis hermanos, mis recuerdos, mi vida y a mí mismo.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt